Ver por TV de paga la liga inglesa en su totalidad cuesta 4.50 dólares al mes. Ver la liga española en su totalidad cuesta 5.50 dólares al mes. En la liga mexicana, ViX, que solo pasa los partidos que tiene contratado el grupo televisa tiene un costo de 6 dólares al mes. A esto le tenemos que sumar el costo de Fox Premium qué pasa los mejores juegos de equipos que tiene contratado Fox y Star Plus de ESPN que tiene al San Luis y los derechos sub contratados del Puebla y Mazatlán. El total para tener todos los partidos de México, ronda los 25 dólares al mes, más, por supuesto, el costo de internet, que para las ligas europeas también lo tienes que pagar. A 60 por ciento de la población de clase baja y otro porcentaje de más baja, no le interesa el Manchester ni el Chelsea. Tampoco el Madrid ni el Barcelona. Ellos quieren ver a sus Chivas, al América o al equipo de su localidad, siendo este espectáculo deportivo uno de sus principales distractores nacionales y generadores de afición.
Si nos vamos a la clase media, de los que pueden ir al estadio, una visita al inmueble con 3 acompañantes de tu familia, boleto, transporte, bebida y alguna papita, al jefe de familia no le baja de 2 mil pesos; aparte, con el impedimento de sacar la credencial de aficionado, so pena de no poder acceder al inmueble si no la tienes.
Siempre se dice que esto del futbol es un negocio particular y que los usos, costumbres y leyes de la localidad, pasan a segundo o tercer paso de importancia: los propietarios son dueños del espectáculo; por lo tanto, solo sus decisiones cuentan, cuando su actividad la realizan en territorio nacional y cuando en muchos casos, hacen uso de inmuebles del estado y su protección al evento, corre por cuenta del estado.
De impuestos y legalidad en sus operaciones, ya es un tema mayor, casi imposible de controlar, comparado a lo que se está viendo y sufriendo desde la jornada uno: el aficionado de televisión y el que puede ir a los estadios, muy poco o nada les importa a los dueños del balón. Ellos cobran sus derechos de televisión, cada uno a donde más les conviene y en general hacen doble venta del mismo producto: un contrato con x televisora nacional y otro con x televisora en Estados Unidos, con la gran diferencia que, del otro lado, la nostalgia por ver y sentir algo de lo que dejaron y su ingreso económico individual, provoca que sí puedan comprar cualquier sistema para ver su liga. Por supuesto que el cliente México-americano, 30 o 35 millones, es mucho más importante que los 120 millones que vivimos en este país.
Yo insisto que esta situación se tendría que legislar. El tener una propiedad totalmente privada, no te da el derecho de hacer con ella lo que quieras. Si tú tienes un gran bien inmueble y haces fiestas cada vez que se te ocurra, en tu propiedad, no te da el derecho de que la música se escuche a cuatro manzanas de distancia, ni que la gente que acuda se estacione donde vea un espacio, ni que dentro de tu propiedad se consuman substancias no permitidas, por más que sea tu propiedad. Bueno, exactamente esto está pasando con el futbol dentro del país, un bien particular que está afectando a la población.
La responsabilidad social que tienen los dueños, al ser propietarios de un negocio cuya finalidad es el deporte, mismo que sirve y que tiene muchos valores, debería obligarlos a hacerlos llegar a la población; de este tema, imposible de ejecutarlo: no tenemos para la sopa, entonces del postre, ni hablamos.