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sábado, noviembre 23, 2024

La gira de la reconciliación

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Ante el error, lo mejor es reconocer, bajar la cabeza y actuar en consecuencia. En un mundo ideal ese es el camino, en un mundo visceral también, con la diferencia que en el primero se reconoce a carta cabal y en el segundo se actúa para seguir manipulando.

Estos tres juegos de la selección, contra Nueva Zelanda, Canadá y Estados Unidos tienen el objetivo de recomponer el camino en aras de que el negocio siga hacia adelante. Que no se pierda el pedazo de nostalgia que se les vende a los México-Americanos cada vez que se programa un juego de la selección por aquellas tierras. Después de muchas malas decisiones, y como consecuencia de ellas, malos resultados, pegándole a la palabra fracaso, el primer perdón ante el equipo de Oceanía no resultó del todo convincente para la población de Los Ángeles, California, que solo ocuparon el 25 por ciento del aforo. Los daños colaterales en México país no se hicieron esperar. El mismo día del juego, a la misma hora, se jugó Tlaxcala contra Atlante, en un estadio con promedio de entradas de 1,500 aficionados. Pues ese día llegaron 8 mil, mismos que no se quedaron en su casa para ver a la selección. Solo es un dato de lo maltrecha que está nuestro representativo.

El fondo del alto comisionado era y es bueno: traer a Javier Aguierre desde que tomó el mandato, personaje que goza de la amistad incondicional del gran jefe, pero al tener contrato firmado y lo más importante, la palabra empeñada de que terminaría su torneo, aparecen las malas formas del comisionado, con el simple objetivo de ganar tiempo. Primero les da al grupo opositor la oportunidad de poner a un técnico, el Sr. Cocca. Una vez puesto, se tendría que hacerle la vida imposible, lejos de las bondades
que otorga una selección. Los resultados llegaron muy rápido para mal de Cocca y para bien del comisionado. Llegaría la segunda parte del plan, pues el Sr. Aguirre aún no terminaba su compromiso. Se nombra al Sr. Lozano a sabiendas que en la Copa de Oro a disputarse, muy probable sería que la ganara ante la falta de competencia de los oponentes: selecciones improvisadas y tomando el torneo para enfrentar la Copa América con una mejor preparación. El torneo se gana, los bonos de Lozano suben, pero las reglas para competir en Copa América cambian: no podía convocar a jugadores mayores de 29 años o a jugadores con más de 60 partidos en selección. El universo del Sr. Lozano se achica y el momento de hacer público esta regla impuesta por FMF, lo deja pasar, suponiendo que un buen resultado, de semifinal para arriba le daba las llaves
para ser el técnico nacional en el próximo mundial. Lamentablemente, en su apuesta no se le dio. Apostó a un número y el ganador fue el que tenía una letra: la A de Aguirre y la F de Fracaso. Los tiempos se dan y se da el Fondo, la llegada del técnico Aguirre. Ahora, el que maquiló todo este proceso, saca de la chistera una gira de reconciliación ante todos los desperfectos que causó sus formas. El Sr. Lozano reclama, discute, no está de acuerdo, amenaza, pero ya está marcado y no se le permite al León, que
está en busca de un entrenador, poderlo fichar. Sin salirme del tema y a todos los que dan por hecho que los técnicos mexicanos no tenemos calidad y hemos sido rebasados por las nuevas tendencias, no saben que más allá, o que en primer lugar, trabaja el que se acomoda al sistema, sin importar sus logros. Los que no nos acomodamos nos ganamos la vida en muchas actividades, pero estamos lejos del área encomendada al técnico.

No me queda duda, que después de este terremoto, con mil mentiras de por medio, el trayecto del Sr. Aguirre será exitoso. El grupo de jugadores está ni mandado a hacer para las formas que el técnico nacional tiene: un grupo caído y que duda hacia adentro y un técnico especialista en tomar a esta clase de enfermos.

En su primer juego un 3-0 que solo deja dudas del rival, la selección hizo su trabajo. El martes contra Canadá, mejor equipo de la zona al día de hoy, pero sin duda, escribiendo estas letras a horas de que se dé el partido, el estilo de Aguirre se verá en su máxima expresión: un equipo fuerte atrás y aprovechando alguna oportunidad adelante. Sin Pizarro ni tabletas en su banca, su sola presencia, parado sobre la línea los 90 minutos, lo llevará a buen puerto. Después seguirá EU, en tierras mexicanas, Guadalajara será el lugar y con un rival muy acostumbrado, con técnico nuevo y en tiempos de conocer a sus jugadores.

Esta gira, y para rematar el plan, termina en nuestra querida Puebla contra el Valencia, equipo español y que hace mucho no da pie con bola. El tratamiento tendrá éxito, el enfermo recobrará su memoria deportiva, el aficionado adicto a la nostalgia que adquirió cuando fue en busca de mejores oportunidades al país vecino, volverá a los estadios y nadando a favor de la corriente, llegará perfectamente acomodado al Mundial. De eso la FIFA se encargará.

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