La brecha entre aspirantes al título y simples espectadores cada jornada se hace más grande. Entre el primer lugar, Monterrey, y el sexto, que es Toluca, solo hay cinco puntos de diferencia; en ese top-6 muy probablemente está el próximo campeón.
Entre el séptimo, que es Tijuana, y el último, que es Puebla, también hay cinco puntos de distancia. Arriba se busca la excelencia; abajo, evitar el ridículo y arañar la Liguilla por la vía del Play-In.
La planificación de Pumas para este torneo deja mucho que desear: el debut prematuro del portero Rodrigo Parra, el debut tardío de Aaron Ramsey hasta la sexta jornada y la “compra de pánico” de José Juan Macías en busca de los goles que hoy no tiene Guillermo Martínez.
Del 11 que alineó ante Puebla el domingo, solo Bennevendo, Trigos y Ruvalcaba son canteranos, aunque ninguno del nivel de históricos como Hugo Sánchez, Manuel Negrete o Jorge Campos.
Hoy, Pumas usa su cantera más por necesidad que por convicción y, cuando los extranjeros no marcan diferencia (Duarte, Angulo, Quispe, Vite, Carrasquilla y Caicedo), los malos resultados saltan a la vista.
El balance hasta el momento es pobre, con solo seis de 18 puntos. Con declaraciones rimbombantes, Efraín Juárez trata de quitarles presión a sus jugadores, pero si las victorias no llegan, la presión se reparte y solo se incrementa.
La otra cara de la moneda es América, al que ya daban por muerto y que está más vivo que nunca. Si ya había dado señales de vida frente a Tigres, con Atlas confirmó su recuperación.
Como el buen entrenador que es, Jardine ha encontrado soluciones a los problemas de las primeras jornadas: Juárez titular en lugar de Igor en la defensa, confianza total en Dagoberto como lateral derecho y la inclusión de Reyes en medio campo para liberar a Fidalgo y Sánchez.
Hay quienes debutan con estrella y otros, estrellados. El francés Saint-Maximin se estrenó con gol y se echó a la bolsa a la afición con un festejo más largo y exótico que su cabellera.
No me olvido del arbitraje de “El Gato”, polémico y que benefició al América con dos penales dudosos, pero que también no le marcó uno por un agarrón descarado de Doria sobre Zúñiga.
Leí por ahí que le ha marcado siete penales en los últimos seis juegos que le ha pitado, gasolina y cerillos para los que no simpatizan con ese equipo. Que cada quien saque sus conclusiones.
