Y no podía ser de otra forma. Cuando tu prestigio, tu historia, tu lugar ganado por muchos años lo tiras por la borda a cambio de un puñado de dólares el resultado no podía ser otro. En realidad el que compite puede ganar o perder, eso es una máxima de la vida misma, pero nunca demostrando que tus formas y tu fondo, en la competencia, no tienen nada que te haya distinguido en tu formación y en tu pasado. De los 18 equipos que participaron en la Leagues Cup, ni uno solo demostró todos los atributos que poseen. Los tiempos han cambiado para mal, hoy, 80, 90, o 100 años de buenos momentos, y también de malos, los muestras como si no existieran, sin pensar en nada, solo que transcurran las semanas y en el peor de los casos, la semana de competencia, cobrar y regresar a reanudar tu pobre torneo local, mismo que ya está aderezado con todas las actitudes negativas en las que una competencia se puede enfermar, siendo la principal el no saber y el no querer competir.
El futbol mexicano va de banquete en banquete, se sienta y si acaso toma una cucharada de sopa y un pedacito de pan. Lo demás, suculentos platos, ni caso le hacen, pues saben que serán invitados a la próxima fiesta.
Como colofón vienen las disculpas: los largos viajes no afectaron, el estado de las canchas no era la óptima, minimizamos al rival, etc, etc, etc.
Lo más patético fue la declaración de la gente de la FMF o de la Liga MX al nombrar en un comunicado a 4 equipos como los estandartes de la liga, invitándolos a seguir poniendo en alto el nombre de México. Esa persona y sus superiores que dieron el visto bueno a esa declaración merecen que los patrocinadores de la Liga MX pidan su despido. El banco patrocinador de la liga, punta de lanza en su actividad, en sus objetivos como empresa, no puede poner su nombre en un puñado de equipos que el consumidor general se siente avergonzado.
El precio fue entre los 400 mil dólares los que jugaron 2 juegos, hasta 1.6 millones el Mazatlán que jugó 5. Ese dinero, con lo inflado que están los gastos de la liga, en poco sirve, y si metes la palabra REPUTACIÓN, en nada.
No veo a una persona sensata que quiera componer la situación que vive nuestro futbol, no veo una sola idea puesta en práctica que se base en todas las bondades que atora el deporte y que nuestra sociedad está hambrienta de recibirlas. Después del fracaso, nadie da la cara y con bombo y platillo, poniendo al gobernador de Jalisco como
invitado principal, se anuncia el próximo juego de la selección en dicho estado; por supuesto, contra la selección de EU. Lo que pasó, nadie se acuerda y lo que viene servirá para seguir escribiendo con tinta invisible, para que dure lo menos posible.
Me duele el deporte en general, actividad que es muy importante en México y que nadie le quiere sacar partido en materia de formación, superación, solidaridad, solución a la violencia, hilo que reconstruye el tejido social, identidad, pertenencia. Todos esos atributos y más se tienen olvidados.
México tiene todo el potencial para agarrarse de ese clavo llamado deporte, el problema es que los puñados de dólares nublan el pensar de los organizadores y sobre ellos, la historia los condenará.
Otro paso hacia atrás, que con el tiempo pasado, ya se convirtieron en kilómetros.
Me duele mucho.
Para terminar, la última joya en las declaraciones de la encargada del deporte a nivel nacional ante la falta de resultados en la olimpiada: “En la olimpiada yo no compito”.
Por supuesto que no compite, hoy no le toca esa dicha, pero tampoco administra, ni promueve, ni siembra para cosechar, ni nada de nada. Solo gasta en su comida, en su vestido y en sus cosméticos con su sueldo. La palabra responsabilidad del cargo no pasa por su cabeza. Así se las gastan y, estúpidamente, sigo sufriendo.
