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jueves, noviembre 21, 2024

Unidad, estructura y Julio Huerta

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La mejor ruta que Morena puede tener para conseguir el triunfo en la elección de 2024 es la unidad. El Partido del Trabajo y del Verde Ecologista de México ya demostraron cuantas canicas tienen para negociar, aunque no obtendrán más allá de su peso específico, de ahí que pueden olvidarse —si es que no se trata de los integrantes de la cúpula— de senadurías o cargos de importancia. La mayoría se constreñirá en diputados locales, regidores y uno que otro legislador federal. Así pues, el camino más azaroso se encuentra en la cancha de Morena. En Puebla, los tiradores a Casa Aguayo saben hasta dónde les alcanza para pelear, pero tendrán tres aduanas importantes: el presidente Andrés Manuel López Obrador, Claudia Sheinbaum Pardo y el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina. No se permitirán desbandas ni berrinches, mucho menos rupturas. Habrá, eso sí, mucha negociación y ofrecimientos de todo tipo. Es justo en este escenario, donde uno de los factores a tomar en cuenta es la fortaleza de la maquinaria electoral morenista, que se encuentra a manos del secretario de Gobernación estatal, Julio Miguel Huerta Gómez, quien el sábado pasado demostró la amplia capacidad de movilización que tiene y lo bien aceitada que está la estructura que poco a poco construyó desde el arribo de Miguel Barbosa Huerta al poder. Lo visto el fin de semana pasado en el Centro Expositor no deja ninguna duda que la estructura no sólo no se mermó con el fallecimiento del exgobernador sino que se mantiene cohesionada y con mayor capacidad para ofrecer buenos resultados. Por ahí, el despistado columnista de la ultraderecha poblana —que lleva años sin darle al clavo a sus vaticinios y metido más en la víscera que en el análisis— puso en duda la capacidad del secretario de Gobernación estatal y si estaría en posibilidad de ofrecer resultados si es que no estuviera en un área de gobierno. El comentario, que surge más bien de la mala leche, es errado por todas partes. Primero, porque la estructura se construyó gracias a los buenos oficios de Julio Huerta, quien desde la Dirección General de Gobierno de la Segob estatal y con el paso del tiempo aglutinó las demandas, necesidades y diálogo con los presidentes municipales de todos los partidos. Eso lo llevó a que se convirtiera en un político entrañable, que genera confianza y una sobrada capacidad de respuesta. El respaldo y liderazgo no está prendido de alfileres ni fue impuesto. Huerta Gómez es el artífice y principal alma de la estructura morenista en Puebla. Que no se confundan. La coyuntura política y los azares del destino lo llevaron a que ahora sea uno de los más fuertes contendientes. De hecho, desde el sábado pasado se ha convertido en el aspirante con mayores posibilidades porque ha logrado conjuntar estructura y un amplio respaldo y cercanía con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Si Morena quiere ganar, necesitará forzosamente de una maquinaria altamente competitiva. Eso ya está y es precisamente el oriundo de Zinacatepec el que detenta el liderazgo de la misma.

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