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viernes, noviembre 22, 2024

Un traidor enojado porque le amarraron las manos

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Heleodoro Luna Vite fue, durante muchos años, compañero de ruta de Miguel Barbosa Huerta, quien le depositó su confianza y lo forjó como un buen operador. Desde San Lázaro y el Senado de la República construyeron el camino que los llevó a la gubernatura de Puebla. Con el triunfo en 2019, todo indicaba que el antiguo compañero de batallas estaría en la mejor condición para dar un salto en su carrera y convertirse en una opción ciudadana para lo que quisiera. Su amigo el gobernador le guardaba aprecio y lealtad, mientras su arribo a la Secretaría de Infraestructura estatal le permitiría alcanzar el nivel político y administrativo para dar el gran salto. ¿Qué ocurrió? Que Luna Vite, al igual que una decena de perdedores e inmediatistas políticos, optó por lo más sencillo: hacer negocios a costa del poder. Una anécdota que se conoce en el círculo de poder fue aquella ocasión en que fue llamado a Casa Aguayo para que explicara a detalle el plan de infraestructura para la entidad. A simple vista parecía una buena apuesta, pero como dijeran las abuelitas: El diablo se esconde en los detalles. Inteligente como es, Barbosa Huerta comenzó a desmenuzar los proyectos presentados, corridas financieras y, sobre todo, mecanismos para las licitaciones. Fue allí cuando se encontró que Heleodoro había prácticamente repartido todos los proyectos a sus amigos y empresarios de otras entidades. Como era de entenderse, cada proyecto llevaba su correspondiente diezmo. Luego, vinieron más revelaciones y la pequeña estatura del amigo quedó al descubierto. Con todos los elementos y pruebas, Miguel Barbosa destituyó fulminantemente a Heleodoro Luna. El problema fue que el exfuncionario nunca entendió la deslealtad y traición hacia el mandatario. Llevarle negocios, hacerse de recursos ilegalmente y hasta intentar verle la cara al gobernador es imperdonable. Como era de esperarse, Luna Vite nunca entendió su penosa condición y optó por lo más fácil −el mejor recurso de los hombres y mujeres sin ápice de lealtad−: culpar a Barbosa Huerta de deslealtad y en plan de revancha se echó a los brazos de los antibarbosistas. En estos días, anda muy ufano por convertirse en el empleado de Moisés Ignacio Mier Velazco. El exsecretario de Infraestructura lucha desesperado por tener más futuro, pero las condiciones solo se han prestado para fungir como el responsable de cargar la maleta del legislador. Esos los códigos que tanto valoran los parias.

 

UNA ASPIRANTE CON MUCHAS SOSPECHAS

Desde hace unas semanas, Norma Pimentel Méndez ha sido señalada como posible candidata de Movimiento Ciudadano a un puesto de elección popular para 2024. Pero, antes de concretar cualquier movimiento los líderes del partido naranja deberán revisar con precisión el paso de la abogada por el Ayuntamiento de Puebla, en la gestión de Claudia Rivera Vivanco. Ese gobierno fue una especie de ataúd para muchos de los que participaron. Un caso ejemplar es Catalina Pérez Osorio, una académica que durante décadas construyó una imagen crítica y de congruente activista. Al ser designada como secretaria de Igualdad Sustantiva Municipal con Rivera Vivanco hizo uno de los peores
papeles que se puedan recordar, al grado de que todo su prestigio se fue al caño. Cómo estarían los acuerdos y sumisión de la académica –integrante de la familia de caciques Vélez Pliego– que su omisión y silencio terminó por avalar la presunta violencia contra mujeres en la Comuna (ahí está el caso de Magda Karina que tiene al corruptazo Andrés García Viveros en calidad de procesado por acoso sexual y laboral). En el caso de Norma Pimentel primero deberá explicar ampliamente los resultados que ofreció como subcontralora de Auditoría a Obra Pública y Servicios en el Ayuntamiento de Puebla. Y, bueno, para nadie es un secreto que ni hubo obra pública ni certeza de que los recursos
fueran utilizados correctamente con Claudia Rivera. La exfuncionaria podrá decir misa, pero hay que esperar los primeros resultados de la investigación que realiza la Auditoría Superior del Estado para conocer el nivel de porquerías que se escondieron o simplemente se ignoraron. Ojo: No estamos diciendo que Norma Pimentel esté involucrada en alguna irregularidad, solo advertimos que sus dichos están sujetos a los que la ASE encuentre en el peor gobierno municipal del que se tenga memoria. Una administración caracterizada por la frivolidad, inexperiencia, corrupción aberrante
y ejemplo de lo que los ciudadanos detestamos. Norma Pimentel tiene la presunción de inocencia, pero los ciudadanos tenemos el derecho a exigir transparencia a rajatabla a aquellos que formaron parte de gobiernos impresentables.

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