A raíz de la intervención del gobernador Miguel Barbosa Huerta en el informe de Eduardo Rivera Pérez (el tercero en un año de gestión), más de un extraviado achichincle del empleado del Yunque comenzó a difundir la versión de que hubo un espaldarazo a las aspiraciones del munícipe, bajo la lógica: Si no lo frena, entonces, lo apoya. Esa es una absoluta tontería. Varios puntos no deben olvidar los obtusos panistas-yunquistas. 1) No hubo ningún respaldo ni apoyo a las aspiraciones del edil. Con su particular estilo, el mandatario puso orden a la visión del munícipe, es decir, no le permitió que le dijera que el Ayuntamiento de Puebla va primero que el gobierno del estado en diferentes acciones públicas, no han cumplido con la creación de un cuerpo de bomberos y la frase “hoy te voy a decir que sí a todo” es una forma muy elegante de advertir que no iba desmentir los datos del alcalde. 2) En la lógica del mandatario estatal no existe la posibilidad de que el panismo arribe a Casa Aguayo. Hagan lo que hagan, el PAN es el adversario de la 4T. Así que no se confundan. 3) Al ironizar sobre la oscura amistad que los une desde hace muchos años, Barbosa Huerta zanjó cualquier duda: son amigos, pero eso está muy lejos de compartir proyectos políticos juntos y muchísimo menos que el panista sea su carta oculta. ¡Por favor! 4) Aún falta mucho para que se defina si habrá o no coalición opositora, pero Morena se encuentra arriba en los sondeos y la única estructura político-electoral que garantiza un triunfo es la que pertenece al inquilino de Casa Aguayo. 5) El estilo de hacer política de Eduardo Rivera lo ha metido en muchos problemas, su esencia no cambiará, por lo que seguirá formándose una mezcla de agua y aceite entre el Ejecutivo estatal y el alcalde. Las torpezas del yunquista han provocado confrontaciones innecesarias, por lo que el respeto y cero persecución no deben confundirse con ningún tipo de respaldo.
LAS RATERÍAS DE RO(B)A
Vaya escándalo el que estalló luego de que nuestro querido Pepe Hanan reveló que los grandes ganadores con la venta de boletos para el partido Puebla-América eran los revendedores. Los espacios en las zonas más económicas del estadio Cuauhtémoc volaron a pesar de las largas filas que se registraron afuera del coloso de Maravillas. El columnista difundió una serie de imágenes en redes sociales en las que se ponen a la venta los boletos, justo en aquellas zonas de mayor demanda. Como se entenderá no hay reventa sin apoyo de algún directivo del equipo de futbol. Los radares están puestos en un raterillo siete suelas conocido como Ro(b)a, el mismo que se aventó la puntada de convertir una zona para discapacitados en un antro en el estadio. En otras ocasiones, el inmueble ha servido para que los cuates borrachines del sujeto hagan transmisiones en vivo a ras de cancha. Todas esas irregularidades, pese a estar documentadas, no han sido sancionadas por la directiva poblana, de ahí que la duda mata: ¿Pues de a cómo les ha de tocar para que se nieguen a correr a este tipejo?
