Hace unos días le informamos que detrás de la supuesta “inconformidad” de “estudiantes” de la BUAP que demandan regresar a clases presenciales se encuentran las viudas del exrector Alfonso Esparza Ortiz, quienes pretenden presionar para no perder sus canonjías. Pero, una figura que se ha colado en la estrategia de golpeteo contra la administración central es María del Socorro Guadalupe Alicia de la Inmaculada Concepción Grajales y Porras, la malograda candidata a la rectoría y cuya impericia la llevó a pelearse con todos, incluido el exrector Esparza -uno de sus principales benefactores- y con la familia de caciques Vélez Pliego. María del Socorro se ha valido de sus charlas nocturnas con académicos y estudiantes -que transmite por internet- para lanzar sus diatribas, criticar basada en mentiras e intentar generar problemas donde no existen. En una entrevista que concedió la semana pasada a un medio de comunicación local, doña Inmaculada se proclamó la cabeza de un movimiento democratizador de la institución. Muy ufana sostuvo que la casa de estudios tiene “muchos años con un sistema vertical y autoritario”. ¡Mire nada más! Tan crítica fue de este modelo que fue beneficiaria del mismo: primero, al formar parte de los caciques del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, y después al ser designada como secretaria general por un rector que fue elegido y gobernó con las mismas normas que ahora critica. Toda la grilla de la docente Alicia tiene como finalidad generar una coyuntura que le permita desestabilizar a la institución bajo el supuesto que es respaldada desde Palacio Nacional (¡ora ya!) y cuenta con una base universitaria que prenderá la chispa (no se ría, eso dicen que dice). Y mientras Concepción sigue en su banal lucha, la nueva rectoría mantiene su trabajo sin inmutarse. Para tapar bocas y disipar la mentira que posponer el regreso a las clases presenciales es una medida unilateral (a pesar de ser tomada por una científica prestigiada en el tema de la Covid) se creó un Comité Interno de Supervisión y Bioseguridad en cada escuela, facultad e instituto, así como en los Consejos de Unidad, que determinarán las fechas para su reincorporación. Estamos una vez más ante el mejor ejemplo de cómo trabajo mata politiquería.
Nacho Mier asoma la cabeza
El coordinador del Grupo Parlamentario de Morena en San Lázaro, Ignacio Mier Velazco, decidió abrirse de capa y respaldó públicamente las protestas instigadas por la diputada federal Inés Parra Juárez, los servidores de la Secretaría de Bienestar federal y el clan de antibarbosistas -comandado por Carlos Evangelista Aniceto– en contra del cobro de Derecho de Alumbrado Público. El legislador priista-dogerista, hoy enfundado de morenista, comenzó una serie de giras con miras a placearse por toda la entidad con miras a la elección de gobernador de 2024 y las ha disfrazado de mesas de trabajo de la Reforma Eléctrica que se discute en la Cámara de Diputados. Fue en Tehuacán, en cuya región se centraron las protestas azuzadas por sus operadores, en donde manifestó su rechazo al DAP, aunque realmente fue decirles a los inconformes lo que querían oír. Por cierto, Mier Velazco anda diciendo que cuando fue secretario General del Ayuntamiento, en tiempos de Enrique Doger Guerrero, luchó contra privatización del servicio de alumbrado y es verdad, pero lo que litigó fue el cobro del DAP.
