La detención de Federico N., El Fede, dejó en evidencia que la exalcaldesa Claudia Rivera Vivanco nunca tuvo la intención de perseguir a las bandas criminales que se enquistaron en el Centro Histórico de la ciudad. El líder de la agrupación Fuerza 2000 gozó durante años de total impunidad con el cobro de derecho de piso a comerciantes, la disputa de espacios con la organización 11 de Marzo y el narcomenudeo en la zona del mercado 5 de Mayo. Mientras esto sucedía la presidenta -autonombrada de izquierda- enfocaba sus baterías en la reelección, en un falso discurso feminista -que fue derribado ante el caso de violencia política de género de Yasmín Flores Hernández– y en una disputa con el gobierno del estado para evitar ceder el control de la seguridad. La detención del cabecilla criminal deja claro que nunca hubo voluntad política para erradicar las mafias por parte del Ayuntamiento y sólo se enfocaron en la detención de borrachitos.
La encrucijada
Vaya palo asestó el regidor Leobardo Rodríguez Juárez en contra del alcalde Eduardo Rivera Pérez al evidenciar que su amigo y mano derecha de la Comuna, Adán Domínguez, gana alrededor de 90 mil pesos mensuales como gerente municipal, cargo que el munícipe se sacó de la manga al asumir la silla del Palacio de Charlie Hall. Rivera no tuvo de otra más que defender el cargo a la nómina municipal de su colega, lo cual es absurdo, considerando que su antecesora ganaba un monto neto de 83 mil pesos mensuales. La encrucijada en la que se vio envuelto Eduardo Rivera tras las revelaciones de su opositor de Morena lo orillaron a intentar defenderse sin ninguna lógica. Y es que, según el alcalde, su justificación es que el gabinete gana cerca del mínimo en el tabulador salarial, aunque nunca hubo señalamientos de que los demás secretarios tuvieran incrementos.
Manzanilla muerde el polvo
El que quedó nuevamente en ridículo fue el exsecretario de Gobernación estatal, Fernando Manzanilla Prieto. Con el batazo del Instituto Electoral del Estado al registro del Partido Encuentro Solidario como partido local, su futuro político está más que enterrado. La realidad es que el exfuncionario, traidor del barbosismo, fracasó como operador político pues en la pasada elección el PES obtuvo menos del 3 por ciento de la votación, en parte por el nulo hacia Manzanilla. Hoy queda claro que su ambición al pactar con los enemigos del barbosismo para alimentar ambiciones personales provocó quedarse en la orfandad: sin proyecto político, sin el apoyo del gobernador y con la sombra de la tradición.