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sábado, noviembre 23, 2024

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Escándalo legislativo

El recién creado Órgano Interno de Control del Congreso del estado tendrá como primera tarea investigar quién o quiénes son los responsables de haber mandado a la congeladora los procedimientos de responsabilidades en contra de 26 alcaldes, entre ellos el cholulteca José Juan Espinosa Torres, la exedil de Tehuacán Ernestina Fernández, el presidente municipal huachicolero de Palmar de Bravo, Pablo Morales Ugalde por diferentes anomalías detectadas en su cuentas públicas de 2016. El asunto se torna más sospechoso por que tanto la Comisión Inspectora como la Auditoria Superior del Estado de la pasada legislatura local cumplieron en tiempo con los procedimientos para sancionar a los alcaldes, pero extrañamente los dictámenes nunca fueron presentados ante el pleno. Esta situación desencadenó en el riesgo de que los ediles se vayan por la libre pues está a punto de perecer el tiempo legal para imponer un castigo. Y para agregarle más sospechosismo al asunto existe el temor fundado de que varios munícipes quedaran impunes.

 

La estrategia priista

La bancada del PRI en el Congreso del estado comenzó su juego estratégico para sacar el mayor jugo posible en la arena política. Si bien su fracción está integrada por siete diputados, ese número no es nada despreciable y resulta estratégico para dar cauce a la aprobación de las iniciativas que interesan a la 4T poblana. El objetivo del PRI no es jugar las contras sino dar viabilidad a proyectos y establecer en la mesa los pros y contras, así como el costo-beneficio de cada paso. Esto parecería un asunto común e incluso un trabajo del grupo morenista, pero la gran ventaja del tricolor es la figura de Jorge Estefan Chidiac, un parlamentario de cepa que ha hecho muy buen trabajo junto con los líderes de las bancadas del PAN, Eduardo Alcántara Montiel, y de Morena, Sergio Céspedes Peregrina (a quienes ya comienzan a decirles el trío fantástico). Sin menospreciar la actuación del resto de las fracciones parlamentarias, el priismo poblano está en proceso de reconfiguración y lo más interesante que esta pasa por el Congreso del estado. Como dice el dicho popular: “ahí, hasta el más chimuelo masca tuercas”.

 

Retos panistas

Vaya reto el que tendrán en sus manos los panistas Augusta Valentina Díaz de Rivera y Marcos Castro, presidenta y secretario general del Comité Directivo Estatal, respectivamente. Para nadie es un secreto que ambos fueron impuestos gracias a la operación que emprendió el alcalde Eduardo Rivera Pérez bajo la premisa que los contrapesos y disidencias en su partido no están permitidas. El primer reto de los albiazules es demostrar que no son una dirigencia pelele, que tendrán los tamaños para llamar la atención al presidente municipal y que actuarán como una verdadera oposición. El problema es que hay más preguntas que respuestas. Por ejemplo, Díaz de Rivera y Castro al tener el estigma del lalismo podrán fijar posturas firmes contra el gobierno del estado con el riesgo de que toda crítica se le adjudique al munícipe. También está la duda sobre su imparcialidad en el proceso de elección del Consejo Estatal del próximo año, pues ya se vio que no importa usar recursos públicos con tal de mantener el control del partido. ¿Será acaso que Eduardo Rivera ganó la dirigencia a un costo que no previó?

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