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domingo, noviembre 24, 2024

Los titiriteros de la marcha animalista

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Hecho 1: Ante los terribles casos de crueldad animal ocurridos en diferentes zonas de la entidad, el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina instruye a la Secretaría de Medio Ambiente estatal a que intervenga con firmeza para presentar las denuncias correspondientes, pero también a establecer mesas de trabajo para que los gobiernos municipales involucrados intervengan por ser un tema de su competencia jurídica.  

A la Fiscalía General del Estado también le demandó aplicar mano dura contra los responsables.  

Hecho 2: Las semanas transcurren y se dan a conocer nuevos casos de maltrato y zoofilia.  

Cada día en que se conocía un nuevo caso, el mandatario estatal condena los hechos y ordena proceder en consecuencia. No ceja en su llamado a los ayuntamientos a no lavarse las manos y actuar inmediatamente.   

Hecho 3: Ante los oídos sordos de los gobiernos municipales, decide enviar una iniciativa de ley para obligarlos a crear Centros de Bienestar Animal, que serán las oficinas responsables de actuar inmediatamente ante cualquier reporte. La medida no era para menos. El último caso ocurrió en Huejotzingo y la alcaldesa Angélica Alvarado Juárez simplemente desapareció y dejó que el escándalo le cobrara factura al gobierno del estado.   

Hecho 4: La Fiscalía y Medio Ambiente estatal dan a conocer las acciones realizadas, las denuncias y procedimientos jurídicos. El mensaje es irrefutable: El problema ha sido atendido por el gobierno del estado, no así en la cancha de los municipios.  

Hecho 5: La noche del 5 de septiembre, un pseudo activista, señalado por supuestamente estar involucrado en el tráfico de especies exóticas, llamado Arturo Islas Allende -que ahora pretende sacar ganancias de un documental sobre su defensa hacia los animales- se convierte en unos segundos en el adalid de la justicia animalista en Puebla y se monta en una marcha legítima que fue convocada por colectivos con una causa justa.  

Hecho 6: Sorprende que Islas Allende enfoque su perorata contra el gobernador Sergio Salomón. Los videos de la concentración reproducen, una y otra vez, el ataque del empresario centrado exclusivamente en una sola persona. Destaca el silencio sobre la iniciativa que enviará y la postura de condena que asumió hacia los actos de crueldad. Por el contrario, el sujeto llega al grado de azuzar a los manifestantes para ir a la casa del mandatario. Incita a los quejosos a bloquear la Vía Atlixcáyotl por tiempo indefinido. Colocan piedras sobre la rúa y se montan guardias. Durante 10 horas, la zona se desquicia por una manifestación encabezada por un sujeto que ni siquiera vive en Puebla. 

Hecho 7: La radicalización de la protesta pone en riesgo a una mujer en labor de parto y a su hijo en el vientre, ya que la ambulancia se encuentra atrapada en pleno tráfico. Horas más tarde, un conductor no alcanza a ver las piedras sobre el pavimento que pusieron los inconformes y se produce un accidente. En los videos sobre el percance se alcanza a escuchar el reclamo de varios manifestantes que se oponían a bloquear el camino.  

Con estos hechos, varias preguntas saltan a la vista:  

¿Por qué protestar en contra de un gobernador que ha demostrado en los hechos que es su aliado en la lucha contra el maltrato animal?  

¿Qué gana el pseudo activista con azuzar a los inconformes para llevar la protesta a la casa particular del mejor aliado que hasta ahora han tenido las organizaciones en defensa de los animales?  

¿De parte de quién? 

La política es como la física: ningún cuerpo se puede mover sin la acción de una causa externa.  

Entonces, ¿quién o quiénes ganan con esta marcha?, ¿cuál es el objetivo de los titiriteros? 

La respuesta la podemos encontrar en las propias palabras del mandatario poblano:  

“Hay trasfondo en este tema, hay quien siempre es oportunista, aprovecha todo esto. La fuente (integrada por los reporteros) es una fuente sabia, sabe quién les manda, quién lo anda promoviendo. Además, es un mapa político la fuente y los medios. ¿Sí o no? Porque ahí ves de inmediato quién lo sacó primero, ah, entonces, ya sé quién se lo mandó. Después (lo difunde) este y otro. Y si no, luego me voy a los convenios anteriores y, entonces, ahí está”. 

Oportunismo, la primera causa.  

Un movimiento manejado a través de medios de comunicación que siguen respondiendo a los intereses de quien ya no está. 

La segunda parte de la respuesta está también en lo que a continuación aseveró el mandatario en una conferencia de prensa a la que convocó con la finalidad de hablar fuerte y claro sobre lo que hay de fondo. 

“¡Por supuesto que da (para encontrar a los involucrados)! (risas). ¡Que si no! Son burdos, pero también muchas veces son malagradecidos, lo digo con mucha puntualidad, porque a los exfuncionarios siempre se les tendió la mano, se les trató como amigos, como compañeros”.  

¿Quién es el o la malagradecido/a? ¿Qué obtiene ese o esa exfuncionario/a? ¿Actúa sola o en contubernio? Si es la segunda, ¿a qué intereses responde? 

El exgobernador Miguel Barbosa Huerta tenía una recomendación para sus amigos en la función pública: “Prepárate para dejar el cargo”. Así debía ser -explicaba- desde el momento en que se toma posesión.  

Así funciona también la vida. Cada día nos encaminamos, aunque nos olvidemos en el trajín diario, a nuestro último día en la tierra.  

¿Quién o quiénes en el círculo más cercano del exmandatario estatal no han entendido esa sabia recomendación? 

Más aún: ¿Qué les ha impedido entender que Puebla tiene gobernador y se llama Sergio Salomón? 

El poder es uno y no se comparte. Es un axioma natural para quienes están en el mundo político. El príncipe, decía Maquiavelo, no puede ceder el poder a alguien más pues eso significaría su desgracia. ¿Es tan difícil entenderlo? 

El asunto se torna más grave al tener en cuenta el espíritu humano de Sergio Salomón: amigo de sus amigos; generoso en el extremo; incesante buscador del equilibrio y el diálogo. Sorprendente animal político. Respetuoso de los espacios y formas de convivencia, aunque sean contrarios a su visión.  

¿Por qué intentar perjudicar la administración de un político que todos conocemos como un extraordinario ser humano? Es inentendible. 

Es por eso que las palabras mencionadas por el mandatario no son exageradas ni amenazadoras. Son más bien, un lamento ante la condición humana no entendida.  

“He sido muy prudente, pero a veces el agua se derrama y eso no es correcto”. 

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