Los diputados locales del PAN Mónica Rodríguez Della Vecchia y Rafael Micalco Méndez se convirtieron, en los hechos, en los mejores activos que Morena pueda tener para reventar la alianza Va por México. Resulta que ambos yunquistas -una por adopción y otro por ser el mejor chofer- han realizado una serie de movimientos con la finalidad de que las relaciones entre las dirigencias estatales del tricolor y el blanquiazul se tensen al grado de que no haya más futuro electoral. Pero no vaya a creer que a este par los alienta un espíritu de defensa a los principios doctrinarios panistas. Todo se trata de un vil asunto de interés personal. Una mezquina y pequeña ambición con miras a 2024. Aquí la explicación: De mantenerse la alianza Va por Puebla, el número de posiciones se reduce drásticamente. En el pasado reciente, esa situación se ha convertido en un auténtico problema para el panismo que ha visto cómo sus cuadros han quedado a la deriva para ceder espacios a priistas y perredistas sin mayor mérito que el acuerdo cupular. En la lógica de este par, si Eduardo Rivera Pérez se convierte en el candidato a la gubernatura por la coalición, entonces, el priista Jorge Estefan Chidiac sería el abanderado natural a la senaduría en la primera fórmula, además de que el PAN tendría que ceder la nominación a la alcaldía capitalina. En ese orden, Rafael Micalco vería frustrado su interés por llegar a la Cámara Alta, mientras que Mónica Rodríguez o a sus familiares (dígase su esposo Pablo Rodríguez Regordosa o su cuñado Herberto) serían hechos a un lado en la búsqueda del gobierno municipal o, mínimo, la posibilidad de ungirse como el abanderamiento se complica terriblemente. Es por eso que el exchofer -recién bautizado por el quintacolumnista como Lolo Téllez– se ha lanzado con todo contra el tricolor por sus acercamientos con Morena, mientras que la señora del Yunque intenta golpetear al PRI todo lo que se pueda en el Congreso del estado, además de ir a sembrar mala leche y bilis al CDE panista. Así pues, el interés personal se traslada en las ancas de las acémilas y los dos legisladores están dispuestos a llegar al fondo. Si no hubiera alianza, Lalo Rivera seguiría siendo el delfín a Casa Aguayo, mientras que el clan Regordosa pelearían la nominación por la capital en mejores condiciones y el impresentable Micalco tendría que echarse un round con Genoveva Huerta Villegas por quedar en la primera fórmula al Senado. Tanto Micalco como Mónica son políticos surgidos de acuerdos cupulares, sin base social y viven de lo que consigan en la mesa. En un nivel de competitividad al interior de su partido quedaría fuera de cualquier espacio. No obstante, ya se saben el caminito para obtener canonjías: Jugar a la oposición y mimetizarse con Lily Téllez. Una candidatura bien vale ponerse el traje de verdulero.
LUCRO ESTILO CARMELITA ARANDA
Luego del terrible asesinato de Blanca Esmeralda, madre buscadora del colectivo La Voz de los Desaparecidos, la Fiscalía General del Estado comenzó una investigación meticulosa para determinar las causas y ubicar a los responsables. El 8 de octubre detuvo a un hombre llamado Guillermo. La institución nunca informó que estuviera relacionado con el homicidio. Sin embargo, la diputada federal del PAN Ana Teresa Aranda Orozco, la Carmelita Salinas de la aldea poblana, salió a despotricar contra la fiscalía y muy oronda aseguró: “El sábado por la mañana llegaron los ministeriales y se llevaron a don Memo. Creo que ante la presión internacional el gobierno del estado quiere resultados. No es justo que lo usen como chivo expiatorio, queremos que se castigue a los verdaderos culpables”. Sin conocer a detalle el motivo de la captura, la legisladora pretendió lucrar con un caso que no entiende. Ahora se sabe que detrás del asesinato de la madre buscadora también se encuentra una banda del crimen organizado, a la pertenecían los dos homicidas materiales. ¡Qué vergüenza!
