La rebelión que el PAN no quiere ver

Felipe Soriano Sánchez es integrante del Comité Directivo Municipal del PAN en Santa Clara Ocoyucan. Al igual que centenas de militantes de otros municipios —llámense Tehuacán, Teziutlán, San Martín Texmelucan, Atlixco— está enojado con su dirigencia estatal y la Organización Nacional del Yunque. La razón es sencilla: Los dirigentes de su partido le quieren ver la cara de tonto y no está dispuesto a permitirlo. Es por eso que tomó la decisión de renunciar a más de 25 años de militancia panista, la misma que tiene Liliana Ortiz Pérez, expresidenta del DIF Municipal, con la diferencia que a Felipe no lo premiaron con una candidatura plurinominal a San Lázaro. Soriano Sánchez acudió a las oficinas del PAN estatal a presentar su carta de renuncia, pero no pudo completar el trámite debido a que las instalaciones están tomadas por otros militantes que también están enojados de que las candidaturas son repartidas entre parientes, amigos o yunquistas. Fue por eso que se decidió por grabar un video en el que explica las razones de su renuncia y al escucharlas solo se confirma el extravío ideológico del PAN por parte de sus líderes, lo mismo que el desdén hacia la militancia que durante años ha luchado desde su trinchera por defender al partido sin importar que nunca tuvieran recursos o apoyo. Son esos panistas que por convicción están dispuestos a enfrentar lo que sea con tal de impulsar un cambio en sus comunidades. Felipe, al igual que miles de panistas en Puebla, no tienen como amigo o familiar a Eduardo Rivera Pérez, por lo que no están vedados de alcanzar un cargo de elección o recibir un justo reconocimiento a su lucha. Entre las razones del ahora exfuncionario panista de Ocoyucan para decir “ya basta” también se encuentra el cansancio ante la simulación, la imposición y el autoritarismo. Él mismo vivió todo eso a manos de Rafael Moreno Valle. Un supuesto panista persiguiendo a panistas de cepa, denunció en su video. Lo peor es que Eduardo Rivera suponía un cambio y la vuelta al ideario de los fundadores del partido. Ya se vio que no. Nada más basta con hacer una simple revisión para comprobar que el PAN, en manos del exalcalde, mantiene la persecución contra la disidencia y el desdén por todo aquel que no forma parte de la burbuja, la camarilla o mafia. Esa es la rebelión que Eduardo Rivera y su camarilla se niegan a ver, mucho menos a aceptar.