Mónica Rodríguez Della Vecchia, Ana Teresa Aranda Orozco y Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández comparten un punto un común: su abyección a la secta conocida como la Organización Nacional del Yunque. Este lunes intentaron generar una falsa discusión endilgando al gobernador Miguel Barbosa Huerta actos de misoginia que nunca hubo. Las tres difundieron esa versión en redes sociales por una sola razón: desviar la atención del principal tema denunciado por el mandatario: los actos anticipados de campaña en que incurrió el alcalde Eduardo Rivera Pérez. Pero hay más. Detrás existe un vil oportunismo político. Al interior del PAN es sabido que la familia Rodríguez Regordosa es el contrapeso del alcalde de Puebla y más de una ocasión han complotado para echar abajo sus aspiraciones. Incluso, Mónica Rodríguez y Rafael Micalco Méndez -empleado de la familia y oportunista de tiempo completo- se reunían a escondidas con el grupo antibarbosista en el Congreso del estado, encabezado por Daniel Mier Bañuelos, a fin de iniciar una serie de ataques contra los aspirantes barbosistas a la gubernatura. En esas reuniones, los dos panistas propusieron también desbarrancar a Lalo Rivera. ¿Por qué ahora apoyan una estrategia que beneficia directamente al munícipe? Por mero oportunismo. Está en puerta la renovación del Consejo Estatal del PAN y los Rodríguez Regordosa quieren tener sus propias fichas para negociar, pero eso será imposible si no cuentan con el respaldo de la dirigencia estatal. Es una jugada doble: apoyan indirectamente a Lalo Rivera y dan su respaldo total a Augusta Valentina. En el caso de Rafael Micalco es un acomodaticio político que anda enojado porque tiene las puertas cerradas de Casa Aguayo debido a su doble moral: quiere pegar y que lo apoyen en sus gestiones a la vez. Respecto a Ana Teresa Aranda, bueno, va que vuela para convertirse en la Olga Sánchez Cordero del PAN, una abuelita que solo ve con la sonrisa en el rostro como nadie le hace caso y todos se pelean.
EL ENCARGO DE NACHITO
El reportero consentido de la ultraderecha poblana marcó su línea y confirmó que, pese a que su corazoncito azul late fuerte, su bolsillo es más importante y ese lo alimentan los integrantes de la Banda de los Conejos, principalmente el diputado federal Moisés Ignacio Mier Velazco. Este lunes pasado nos sorprendió con un duro crítica al alcalde Eduardo Rivera Pérez por su destape a la gubernatura, la cual fue respaldada públicamente por el dirigente nacional, Marko Cortés Mendoza. Para nadie es un secreto que Nachito Mier se quedó sin su sicario periodístico cuando fue encarcelado su socio y cómplice de negocios el doctor Rueda, alias José Arturo Rueda Sánchez de la Vega, y ante eso tuvo que encontrar a otro que le hiciera el trabajo sucio. Ahí es donde entró el reportero consentido de la ultraderecha, quien se mostró solícito a otorgar su respaldo. (Prueba evidente es la soporífera entrevista que le hizo a su patrón para limpiarle la cara tras el escandalazo que no se puede quitar por la investigación de Unidad de Inteligencia Financiera ante el desvío y blanqueo de 427.1 millones de pesos, a través de 32 empresas, entre ellas Multisistemas de Noticias Cambio). La estrategia de Nachito es muy burda y simplona: Mandar a sus voceritos, un grupito de analfabetas funcionales -todos con un pésima prestigio, encabezadas por un estercolero conocido como Tonny Soprano– para golpear a todos los que representen un peligro, ya sea panistas o aspirantes barbosistas. Este lunes, por ejemplo, el reportero consentido de la ultraderecha calificó como “timorato” el destape de Lalo Rivera, un hecho inaudito pues su complacencia al panista es abyecta y demuestra que pesa más el dinero que la convicción. ¿Qué pensará el alcalde, tras darse a conocer el millonario convenio que le otorgó para que le echara porras todo el tiempo? Nacho Mier le dio machetazo a caballo de espadas al edil, quitándole a su vocero.
