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lunes, noviembre 25, 2024

La dura realidad de Lalo Rivera

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La administración de Eduardo Rivera Pérez no ha cumplido un año y es un gobierno que languidece. De acuerdo con el más reciente estudio del Buró de Análisis y Estrategias de Poder (BEAP), dirigido por el brillante Rodolfo Rivera Pacheco, la gestión del alcalde panista pasó de 43.7 por ciento a 38.6 por ciento de aprobación ciudadana. Lo más preocupante es que las opiniones negativas son casi similares a las positivas. Los principales factores positivos son: “Ha hecho un buen trabajo” (28.2%); “Ya se notan cambios” (18.1%); “Ayuda a la gente” (10.6%). Las tres principales causas de desaprobación: “No se notan cambios” (22.4%); “No ha hecho un buen trabajo” (21.8%); “Es corrupto” (9.7%). Este último punto es devastador: la corrupción se ha colado en la percepción de los ciudadanos, lo cual indica que la política recaudatoria y persecutoria (vía multas, parquímetros, contratos sospechosos) provocó el primer impacto en los habitantes. Eso comprueba que no hay acción impune y la gestión panista se ha servido con la cuchara grande a costillas del pueblo. El asunto es más preocupante porque, como dijimos, la actual administración municipal no ha cumplido siquiera un año. Todos estos meses han sido tiempo perdido. El barco se hunde y nadie parece hacer nada en el Palacio Municipal. La política autista del presidente municipal, el afán por negarse a asumir costos, evadir la responsabilidad y cargarle el muerto a otros ya se demostró que no tiene cabida ni futuro. ¿Quiere Eduardo Rivera seguir con vida rumbo a 2024? Necesita dar un golpe de timón, replantearse el camino y, principalmente, evitar el rapaz sectarismo. El alcalde necesita aliados, buenos aliados. El primero y más importante es el ciudadano. Pero si lo maltratas, lo esquilmas con corrupción o una política dacroniana se perderá para siempre. Por lo que se ve, el yunquista tampoco ha caído en cuenta que los habitantes del municipio tienen claro que no es un improvisado, que se suponía tenía experiencia para el cargo y eso le daba certeza para que las cosas cambiaran tras el deplorable gobierno de Claudia Rivera Vivanco. El Ayuntamiento de Puebla es un barco que se hunde y en lugar de buscar salvarse, los responsables de la nave han decidido ir a los camarotes a saquear todo lo que se pueda.

 

CONTUBERNIO ESTILO PODER JUDICIAL

Para entender por qué urgente la reforma al Poder Judicial poblano solo basta con echarle una revisión a la conducta asumida por todo el Tribunal Superior de Justicia para proteger al magistrado Jared Albino Soriano, quien estaría involucrado en un supuesto soborno por 400 mil pesos a manos del exoperador de lujo del morenovallismo. ¿Qué hizo el Consejo de la Judicatura al enterarse del escándalo? Guardar silencio como momias varios días hasta que se dignaron a crear dos comisiones para investigar el caso. Pero nada de que don Albino se separa de su cargo mientras no concluyeran las investigaciones y menos la intención de cuidar la imagen del Poder Judicial. El primer responsable de que la percepción de contubernio y tapadera de irregularidades es Héctor Sánchez Sánchez, presidente del TSJ. La salida más digna e institucional se la dio el propio gobernador Miguel Barbosa Huerta: Destituirlo de inmediato e iniciar una profunda investigación. No lo hizo porque no quiso. Puede pretextar que la ley no se lo permite, que existen mecanismos de control que atienden esas causas. ¿Qué piensa el ciudadano común al enterarse que el sujeto que es investigado por un presunto soborno sigue campante y despachando en su misma oficina? Es ahí en donde Sánchez Sánchez comprobó que su política es la de mantener el status quo. ¿Tuvo miedo de proceder contra Albino y eso propiciara su caída como presidente del TSJ? Seguramente. Su posición es vulnerable adentro y afuera del TSJ, pero está el resto de magistrados para actuar en consecuencia. Esto implica que los ciudadanos tampoco cuentan con ellos. Ese tipo de opacidades, contubernio y protección pasarán a mejor vida con la reformaal Poder Judicial. Por eso hay miedo en esa institución. Los tiempos de jauja a costa de los ciudadanos llegará a su fin.

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