Una fotografía que circuló ayer en las redes sociales reveló las condiciones en que se encuentra el PAN en la entidad. En la imagen aparece la exdirigente estatal Genoveva Huerta Villegas, acompañada por su compañera en San Lázaro Carolina Beauregard Martínez; el coordinador de la bancada panista en el Congreso del estado, Eduardo Alcántara Montiel, y los legisladores locales Aurora Sierra Rodríguez, Guadalupe Leal Rodríguez, Patricia Valencia y Oswaldo Jiménez López; así como los regidores Gabriela Ruiz, Dolores Cervantes, Fernando Sarur y Enrique Grau. El encuentro -que no tuvo nada de circunstancial- es un mensaje evidente de que el grupo de Huerta Villegas no solo se encuentra cohesionado y firme para la batalla, sino que también echa por tierra la versión de que andaban desperdigados y hasta divididos. Una de las principales fortalezas de este bloque es que sus integrantes detentan posiciones clave o son la minoría que puede echar abajo o impulsar acuerdos, proyectos e iniciativas en el Cabildo de Puebla y la LVI legislatura. Por ejemplo, en la Comuna actualmente los cuatro regidores genovevistas no están forzosamente alineados a las designaciones de la gestión de Eduardo Rivera Pérez. El cuarteto es indispensable para que el PAN tenga mayoría. En el caso del Congreso, está ni más ni menos que la presidenta de la Mesa Directiva y los cinco legisladores representan la mayoría de la bancada, es decir, por ellos pasa la renovación o permanencia del coordinador. Otro punto clave que se trató en la reunión, es que el grupo está dispuesto a trabajar con todos aquellos que ofrezcan dos cosas: privilegiar el oficio político y que cumplan los acuerdos. La mano del bloque está extendida al alcalde de Puebla para trabajar juntos, pero deberá demostrar que está dispuesto a dar salida a los acuerdos pactados. Es más, están dispuestos a ir a la guerra con Rivera Pérez en el 2024 a fin de que consiga la gubernatura, pero en caso de que el Instituto Nacional Electoral determine que Puebla deberá ser cuota de género, entonces, tienen ficha para jugar y pelear.
Augusta quiere, pero no puede
La dirigente estatal del PAN, Augusta Valentina Díaz de Rivera Hernández, informó ayer que la coordinación de la bancada de su partido en el Congreso del estado es rotativa, lo que significa que Eduardo Alcántara Montiel puede ser relevado. El anuncio resulta morboso e interesante porque confirma la confrontación directa que mantiene con quien ha sido uno de los más importantes defensores de las iniciativas del alcalde Eduardo Rivera Pérez, el jefe político de la líder estatal. También manda un pésima señal al panismo: “No importa lo que hagas, eres prescindible, sin importar que te la juegues con nosotros”. A lo mejor, Díaz de Rivera no ha meditado a fondo lo que puede generar su empecinamiento por remover a Eduardo Alcántara, porque de ser así, entonces, sabría que pretende defenestrar a uno de los dos únicos panistas en Puebla que tienen un puente de diálogo construido con el gobierno del estado. Si eso no fuera suficiente para recapacitar, queda un elemento: Para que su decisión de cambiar al titular de la coordinación sea efectiva, necesita de la mayoría de los integrantes de la bancada. Y ahí simplemente Augusta Valentina no podrá hacer nada porque cinco de los nueve diputados forman parte del bloque compacto de Alcántara Montiel. La líder estatal no ha visto que su compañero de partido es más redituable estando de su lado que en abrir una franca confrontación. ¿Quién saldrá a dar la cara por ella? ¿La acomodaticia Mónica Rodríguez Della Vecchia o el impresentable de Rafael Micalco Méndez? ¿Patricia Rodríguez que no obedece ni a sus jefes políticos o a la anodina Nancy Jiménez que responde más a los intereses de Mónica Rodríguez que a los de su partido?