Se preguntará usted qué hacían una presidenta municipal y una funcionaria federal sentadas en el Tarlets Café de Paseo de San Francisco, plácidamente tomando café en horario hábil, en día hábil, por el que cobran sueldos, y sin que, realmente, haya, entre las dos, temas de gobierno o administrativos que abordar. La pregunta se volvería más incisiva, si la alcaldesa está señalada por su propio Cabildo por gastos onerosos y cuentas irregulares en el uso del erario municipal. La interrogante es todavía más puntillosa, si uno ve que la delegada de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) es senadora suplente y ofrece una especie de vínculo político que la presidenta necesita, ahora que en el horizonte podría dibujársele un cabildazo. Pero no sea usted mal pensado, Irene Olea Torres, edil de Izúcar de Matamoros Puebla, y la delegada Sandra de Ita González seguramente sólo charlaban del clima, en horario hábil y con cargo a sus nóminas.
Parquímetros: mal y de malas
La conferencia de prensa que ofrecieron funcionarios del Ayuntamiento de Puebla ante la entrada en vigor del programa de parquímetros en la ciudad deja claro que la marca de la casa sigue presente: desorganización, insensibilidad social, espíritu recaudador a costa de los bolsillos de los poblanos, cero socialización de los proyectos, entre otras muchas. La gestión de Eduardo Rivera Pérez, queda claro, está llamada a ser el peor gobierno de los últimos 16 años. Lo peor es que se supone que ya tenían experiencia de gobierno, pero todo indica que no es así y se confirma la especie muy difundida con el morenovallismo: los yunquistas son tan malos que solitos se tropiezan con sus tonterías.
La descomposición de Amozoc
San Salvador Chachapa es la principal junta auxiliar de Amozoc, pero en los hechos es el municipio en sí mismo. No solo concentra la mayor cantidad de pobladores sino que su conurbación concentra la mayor cantidad de demandas ciudadanas. Es allí en donde se vive una especie de anclaje delictivo en el que participa el crimen organizado y autoridades. El grado de descomposición social que allí se vive solo es reflejo de un proceso de pauperización que tiene décadas y que ningún gobierno ha tenido a bien enfrentar. Ese municipio enfrenta problemas de una ciudad, pero sus habitantes siguen atrapados en una dinámica rural-urbana sin acceso a servicios, pobreza patrimonial y laboral. No es de extrañarse que las pandillas sean los últimos tejidos sociales en la zona y que la delincuencia ha mutado conforme a la dinámica que azota a la entidad: primero fue crimen común y ahora es delincuencia organizada ligada al huachicol, la estafa, cobro de piso. El feminicidio de Sandra Elizabeth Portillo es solo la punta de una madeja muy oscura y terrible.
Pipitilla contra la concesión de agua
Una vez que se supo la decisión del gobierno del estado de devolver al municipio de Puebla la responsabilidad de los servicios de agua potable, alcantarillado y saneamiento, los oportunistas que por décadas han medrado con la concesión que detenta Agua de Puebla para Todos dieron inicio a su estrategia de montarse en el tema para recomponer sus maltrechas figuras. El caso más evidente es el de René Sánchez Galindo que como exsecretario de Gobernación municipal en la gestión de Claudia Rivera Vivanco no pudo resolver el problema de abasto y operación de los pozos propiedad del Ayuntamiento de Puebla que se encuentran en manos de particulares. Sí, como lo lee: los pozos de la Comuna están en manos de privados, quienes cobran por el servicio sin tener ninguna facultad. Lo peor es que Sánchez Galindo nunca procedió en consecuencia pese a que tenía conocimiento del daño patrimonial al municipio. Ahora, el también malogrado candidato a diputado federal pretende utilizar los nuevos movimientos para recomponer su maltrecha figura pública luego de la desastrosa gestión de Rivera Vivanco. El oportunismo a todo lo que da.