¿Qué dejó el neoliberalismo feroz, ineficiente y falaz en el país? Más pobreza, más inseguridad, violó los derechos humanos y agudizó los conflictos sociales. Especialmente en Puebla, la etapa fascista y oscura del morenovallismo arrojó deudas para generaciones a los poblanos y las poblanas, con obras de relumbrón, para exaltar una escenografía, sin sentido social, y contratos leoninos, para favorecer a un puñado rapaz.
Los nombramientos que han venido haciendo de sus equipos la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo y el gobernador electo Alejandro Armenta nos muestra que quedaron muy atrás aquellos tiempos, cuando se nombraban a secretarios “eruditos”, venidos de Harvard, los llamados harvardboys.
Esos que se vendían como “genios”, pero que no aportaron ni una sola solución a los problemas del país y del estado, pero, en cambio, en Puebla particularmente, se dedicaron a legalizar el saqueo al patrimonio público de la entidad.
Cuántas obras suntuosas sin utilidad social estaremos pagando las próximas tres décadas, gracias a esos harvardboys y quienes los encabezaron. Saqueadores con diplomas extranjeros.
Esas manos de supuestos eruditos, tejieron las trampas administrativas y presupuestales, para procurarse contratos leoninos con los que blindaron por años sus ganancias. Esos hardvardboys (ni todos son boys ni todos son de Harvard) se han extinguido, al menos ellos y sus rapaces intenciones, en la administración que encabezarán Sheinbaum y Armenta.
Los nombramientos que hizo Alejandro Armenta, que les dolieron a varios, quienes derramaron su hiel en la tinta virtual de los amanuenses, es de personas de probada lealtad y eficiencia.
Se busca instaurar en Puebla un gobierno capaz y cercano a la gente, características que han acompañado en sus más de 34 años en la vida pública a Armenta.
No hay improvisaciones, pero tampoco la visión miope y malinchista de comprar sus proyectos a los vendedores de humo.
A propósito de la reflexión sobre los “eruditos” que, sin ápice de nacionalismo, se “cultivaron” en las universidades extranjeras, en varias oportunidades, el gobernador electo ha hecho referencia a una carta que, en 1924, en el desarrollo de la postrevolución mexicana, la que se considera la Tercera Transformación del país, hizo Robert Lansing y que refleja ese ánimo de saqueo, incluso ideológico, contra México.
Lansing, exsecretario de Estado de Estados Unidos, dirige la epístola al periodista William Randolph Hearst, justo cuando había una campaña de su cadena de periódicos, para que se impusiera en la presidencia mexicana a un estadounidense.
Carta de Robert Lansing
Febrero 1924
“México es un país extraordinariamente fácil de dominar porque basta con controlar a un solo hombre: el presidente”.
“Tenemos que abandonar la idea de poner en la Presidencia mexicana a un ciudadano americano, ya que eso conduciría otra vez a la guerra. La solución necesita de más tiempo: debemos abrirle a los jóvenes mexicanos ambiciosos las puertas de nuestras universidades y hacer el esfuerzo de educarlos en el modo de vida americano, en nuestros valores y en el respeto del liderazgo de Estados Unidos. México necesitará administradores competentes y con el tiempo, esos jóvenes llegarán a ocupar cargos importantes y eventualmente se adueñarán de la misma Presidencia. Y sin necesidad de que Estados Unidos gaste un centavo o dispare un tiro, harán lo que queramos, y lo harán mejor y más radicalmente que lo que nosotros mismos podríamos haberlo hecho”.
La cita que hace Armenta es también una alerta sobre la ausencia de ideología, compromiso nacional y cercanía con la gente de esos mexicanos que fueron al extranjero, particularmente a Estados Unidos, para adoctrinarse y regresar con recetas que dañaron a las mayorías. Ahora, afortunadamente están en extinción.