El exgobernador Rafael Moreno Valle Rosas supo construir en torno suyo una imagen de experimentado economista, político sólido y una falsa ruta de logros académicos, pero todo siempre sobre el campo minado de tergiversaciones y mentiras completas. Incluso, actualmente hay quienes suponen y defienden que el exsenador y exmandatario poblano fue doctor en Jurisprudencia o en Derecho. Pero esa aseveración resulta completamente ficticia; se trata, al final de cuentas, de la construcción ingeniosa de un avezado simulador.
Los registros de las autoridades educativas de Estados Unidos, país en donde él dijo que había estudiado, sólo avalan un grado equivalente a licenciatura en nuestro país. Por más que muchos pretendan torcer la realidad y refugiarse en el argumento de que los grados académicos son distintos en algunas naciones, un doctorado se consigue después de la licenciatura y la maestría. No hay otra vía para que haya validez efectiva y validación legal.
Exactamente así ocurre también en la Unión Americana, donde hay un registro preciso de los grados académicos de cada persona y cuya información es pública. Para acceder a esa información, se tiene que pagar una cuota mínima y se le envían al solicitante los documentos, aunque sean de terceras personas.
Rafael Moreno Valle Rosas construyó un currículum que a los ojos inexpertos se veía extraordinariamente robusto, en lo académico y en lo laboral. Fue cuidadoso en decir que había trabajado en bancos que, al tiempo en que regresó a Puebla para hacer política, ya habían desaparecido. No había posibilidad de comprobar sus dichos.
Aseguró a muchos de los suyos que tenía un doctorado, porque hizo un diplomado cuyo nombre fue “juris doctor”, que incluso se pudo haber tomado en internet, pero que estaba lejos de ser un Ph. Doctor, que solamente se consigue después de haber acreditado una maestría, de la que tampoco hay registro de las autoridades norteamericanas sobre Rafael Moreno Valle Rosas.
Los doctorados son logros prestigiosos y ganados con mucho esfuerzo, que normalmente denotan el punto más alto de aprendizaje para un campo de estudio elegido.
En 2010, publiqué en la revista Contralínea Puebla —que dirigió el periodista Ignacio Juárez Galindo— un amplio reportaje que contenía una investigación que me llevó alrededor de tres años y en el que desnudaba la falsedad de los grados que se le adjudicaban a Rafael Moreno Valle Rosas.
Ese reportaje tenía como base otro que publiqué en 2006 en Diario Monitor — de José Gutiérrez Vivó —, en el que también había testimonios de cada uno de los departamentos educativos de las universidades en las que Moreno Valle dijo que había estudiado.
Su principal alma mater, el Lyncoming Collage, negó por escrito, y en la publicación se incluye la respuesta vía correo electrónico, que Moreno Valle tuviera un doctorado. Otras instituciones de Boston tampoco tenían registro de él. Aunque hay páginas en las que aparece como un renombrado estudiante.
Pero no hay una huella formal e institucional sobre sus estudios. Sobra decir que Rafael era extremadamente cuidadoso. A pesar de una búsqueda extenuante, nunca hallé un documento en el que estuviera su firma de puño y letra y se adjudicara el grado de doctor. Es más, la documentación sólo se refería a él como “Rafael Moreno Valle Rosas”, sin adjudicarle ningún grado académico.
De esa investigación tengo todavía las conversaciones originales, vía correo electrónico y el documento de la National Student Clearing House, en donde se demuestra que su único grado académico real es el de licenciatura (bachelor) en Economía. Mucho más allá de lo que quieran ver sus seguidores, la realidad es que Moreno Valle nunca obtuvo un grado de doctorado.
Por la relevancia del tema, que sus mismos seguidores han sacado a cuenta en redes sociales, aquí reproduzco un resumen de los reportajes que fueron publicados en 2006, en Diario Monitor, y en 2010, en Contralínea Puebla.
CONSTRUCCIÓN DE IMAGEN
A lo largo de su carrera política, Moreno Valle aprovechó la confusión entre sistemas educativos de distintos países para alimentar la percepción de una sólida preparación académica. El término juris doctor, común en Estados Unidos, fue utilizado para hacer creer que poseía un doctorado real. De igual manera, su diplomado en Harvard fue deliberadamente presentado como un posgrado, cuando su verdadero alcance era mucho más limitado.
En su momento, Moreno Valle Rosas también aseguró haber trabajado en bancos internacionales, mismos que habían desaparecido al momento de su regreso a Puebla, lo que dificultó la verificación de su experiencia laboral. Este patrón de opacidad y exageración fue constante en la construcción de su perfil público.
De las fiestas en Boston —a las que sus coestudiantes mexicanos recuerdan, llegaba en su BMW deportivo, vistiendo camisas Versace de seda—, Rafael Moreno Valle Rosas pasó a ocupar la vicepresidencia en Nueva York de Securities Entity de Efectos Financieros del Dresdner Kleinwort Wasserstein (DrKW), una filial del Dresdner Bank, con sede en Hamburgo, Alemania, por “intermediación de su padre”, un experimentado corredor de bolsa graduado en Harvard, universidad a la que el Rafa júnior no pudo ingresar y en la que apenas cursó un diplomado.
Sin embargo, en este punto, comenzó a inflar su currículum vitae, pues a México vino a decir que fue vicepresidente para América Latina, cuando en realidad fue vicepresidente, pero de un área menor, como aclaró Karen Cooperman, de Comunicaciones Corporativas del Dresdner Kleinwort Wasserstein Services LLC, en Nueva York. Rafael Moreno Valle Rosas “trabajó en Efectos Financieros de DrKW, del 4 de enero de 1996 al 25 de enero de 1999. El 1 de julio de 1998 fue transferido al Dresdner Bank, comenzando el 1 de abril de 1998. Su título fue de vicepresidente”.
Con la jactancia de haber sido alto funcionario de un banco internacional y torciendo su grado académico para presentarse como “doctor en Derecho”, llegó a su primer empleo formal en el país, cuando el entonces gobernador poblano, Melquíades Morales Flores, dejó en las manos del inexperto Moreno Valle Rosas el aparato financiero y de combate a la pobreza, al nombrarlo secretario de Finanzas y Desarrollo Social en febrero de 1999.
Desde ahí crea una red de promoción personal en toda la entidad y al lado de su amigo y subsecretario de Egresos, Fernando Manzanilla —quien se dice el “cerebro” de esa sociedad, una especie de asesor, como José María Córdova Montoya lo fue de Carlos Salinas— genera en apenas dos años de manejar la chequera estatal, el llamado “hoyo financiero”, por alrededor de dos mil 500 millones de pesos, cuyo destino siempre se ha mantenido en la opacidad de los tecnicismos burocráticos.
MITO DEL DOCTORADO EN DERECHO
Uno de los elementos centrales de la narrativa académica de Moreno Valle fue su supuesto doctorado en Derecho. Según afirmó en entrevistas y documentos oficiales, obtuvo este grado en la Boston University School of Law. Sin embargo, esta institución confirmó que entre 1991 y 1994, Moreno Valle completó un programa de juris doctor (JD), un título profesional que, en el sistema educativo de Estados Unidos, equivale a una licenciatura en Derecho y habilita para ejercer como abogado en ese país. Este grado no es un doctorado académico (Ph.D.), como los que se otorgan en América Latina, y no requiere estudios de maestría previos.
La Faculty Services Manager de la universidad explicó que un doctorado académico exige al menos 11 años de formación, incluyendo una licenciatura y una maestría, requisitos que Moreno Valle no cumplió. Pese a ello, utilizó este título profesional para proyectar una imagen de alto nivel académico, confundiéndolo deliberadamente con un doctorado real.
HARVARD: DIPLOMADO PRESENTADO COMO POSGRADO
Otro de los elementos de su supuesto currículum destacado fue un “posgrado en administración de empresas” en la Universidad de Harvard. Investigaciones revelaron que Moreno Valle cursó un diplomado que culminó con un Certificado en Administración y Gerencia (CSS) en la Harvard Extension School, obtenido en junio de 1995. Este curso, con una duración de un año, no equivale a grado académico, como una maestría o un doctorado.
Según Homa Alasti, representante del Departamento de Educación de la universidad, los programas de certificación de la Harvard Extension School no otorgan títulos avanzados y son accesibles al público general. Sin embargo, Moreno Valle presentó este diplomado como un posgrado formal, lo que incrementó las dudas sobre la autenticidad de su trayectoria académica.
LICENCIA DE ABOGADO SUSPENDIDA EN NUEVA YORK
Moreno Valle afirmó contar con una licencia para ejercer como abogado en el estado de Nueva York, una declaración que, si bien cierta en su origen, quedó invalidada por circunstancias posteriores.
Aunque fue admitido en la Barra de Abogados del Estado de Nueva York, su registro fue suspendido por no pagar las cuotas anuales, las cuales ascendían a 250 dólares. Esta suspensión administrativa, vigente desde hace más de siete años, contradice su afirmación de estar habilitado para litigar en Estados Unidos.
ÚNICO GRADO ACADÉMICO
El único título académico corroborado de Moreno Valle es una licenciatura en Economía obtenida en 1991 en el Lycoming College, en Pensilvania. Según registros de la National Student Clearinghouse, esta licenciatura es el único grado formal registrado a su nombre. No hay constancia de estudios de maestría ni de doctorado en ninguna otra institución educativa en Estados Unidos.
El Lycoming College, señalado como su alma mater, negó rotundamente que Moreno Valle haya obtenido un doctorado en sus aulas. Tampoco existen registros que acrediten estudios de posgrado en instituciones de Boston u otras ciudades donde afirmó haber estudiado.
REVELACIONES PERIODÍSTICAS
Las revelaciones sobre las credenciales de Moreno Valle generaron controversia en su carrera política. Durante su gestión como secretario de Finanzas en Puebla, diputados locales y federales lo acusaron de carecer de la preparación necesaria para desempeñar el cargo, señalando que su experiencia laboral y académica había sido exagerada.
Sin embargo, Moreno Valle logró ascender en la política, llegando a ser gobernador de Puebla y posteriormente senador. Durante sus campañas y en su desempeño como funcionario, continuó utilizando estas credenciales infladas, lo que generó críticas sobre la falta de transparencia en su trayectoria.