Hoy se dará a conocer el resultado que era sabido desde hace por lo menos dos años, Claudia Sheinbaum será nominada como candidata de Morena, y eventualmente, será la primera mujer en ocupar la Presidencia de la República.
Este procedimiento interno no cambió la inercia y tendencia de las preferencias electorales. Marcelo Ebrard nunca se consolidó como una primera posición y su distancia con la puntera siempre fue de 10 puntos, Ricardo Monreal, de ir en tercer lugar quedó rebasado por Adán y Gerardo, solo le ganará a Manuel Velazco.
La verdadera sorpresa fue la de Gerardo Fernández Noroña, quien con recorridos muy austeros, sin bardas o espectaculares, y con unas cuantas lonas y muchas cartulinas logrará disputar el tercer lugar al poderosísimo Adán Augusto López.
Ahora viene el reacomodo, la operación cicatriz, la política de conciliación, misma que tiene una larga tradición juarista, porfirista, y que ahora, tiene su propio matiz: obradorista.
La política de conciliación es diferente tanto a los cañonazos de plata o plomo del PRI hegemónico (1929-1988), o a las concertaciones del pluripartidismo mexicano del PRI, PAN y PRD (1988-2018).
El poder político se repartirá en términos de la 4T para consolidar un proyecto de nación dibujado por Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, no deja de ser una repartición política de las capacidades del Estado, no deja de ser una operación de gobernabilidad democrática y quizá esta es la materia oscura de este procedimiento interno.
En ese sentido en el reparto del poder político no necesariamente el segundo lugar será el mayor beneficiado, y tampoco, quién logró crecer más en el proceso, es decir Gerardo Fernández Noroña. Todo apunta que uno de los grandes ganadores en la mesa política será Adán Augusto López. Ricardo Monreal y Manuel Velazco buscarán su respectiva gubernatura y sin mayor sobresalto transitarán el proceso.
El proceso de cicatriz se replicará paulatinamente en la militancia. El segundo enfrentamiento se aproxima, la definición de las gubernaturas es más tenso y de más incertidumbre que el nacional. No se tiene claridad, ni del género, ni del partido, ni de los punteros, el mayor reto apenas comienza.
