El proceso interno de Morena, estrictamente, no es para seleccionar candidatos, sino defensores de la Cuarta Transformación, es decir, los recorridos de los aspirantes tendrían que ser con las y los militantes o simpatizantes del partido y del obradorismo, y sus mensajes, o narrativas, tendrían que ir encaminadas a visiones para defender y consolidar este proceso histórico.
Es, valga la redundancia, un proceso partidista, por ello, es que la militancia es la que tendría que jugar un rol fundamental en la toma de decisiones. Sin embargo, para las y los aspirantes a la gubernatura ha sido complicado limitar su discurso a nuestra base, y en búsqueda de crecer en conocimiento y preferencia han abierto sus estrategias a la ciudadanía en general, toda vez, que la encuesta que se levantó, y levantará en otros procesos, es de carácter general.
En el proceso nacional solo Manuel Velazco era ajeno a la defensa de la 4T, y en el proceso del Estado ninguno de los aspirantes es un recién converso, todos tienen amplia trayectoria en el movimiento, sin embargo, en los ámbitos locales y regionales, resulta impensable que pueda haber personas vinculadas con caciques, estructuras del viejo régimen, con escándalos de corrupción, tráfico de influencias, y cosas peores que busquen ser coordinadores de la defensa de la transformación.
Es como si le encomendamos la seguridad pública al crimen organizado, o como si las tiendas Chedraui le encomendarán la administración de su empresa a los dueños de Bodega Aurrera u OXXO.
Es necesario el exagerado ejemplo para evidenciar la contradicción sustancial que hay, en que personajes ligados a Enrique Peña Nieto, José Antonio Meade, Kamel Nacif, Mario Marín, y un largo etcétera, sean quienes puedan encabezar una posición estratégica con las siglas de Morena.
¿Cómo van a defender la Cuarta Transformación, quienes toda su vida han complotado en contra de la democracia, y sobre todo, en contra de nuestro movimiento?
Ángel Custodio
Entre las escandalosas llegadas de transfuguistas (chapulines) a Morena, también hay destellos de esperanza, los procesos federales y locales, permitirán que haya relevo. Entre los que se apuntalan como prospectos de honestidad e identificación obradorista resaltan Gerardo López y Giselle Santander, ambos grandes cuadros de nuestro movimiento. Enhorabuena.