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sábado, noviembre 23, 2024

De Cenicienta a PresidentA

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Crecí con los cuentos de Disney, los leía en la biblioteca de la primaria y, después, disfruté algunas películas en el Canal 5, mi historia favorita por siempre: La Cenicienta, más que el príncipe azul, quise por años, unas zapatillas de cristal y un hada madrina que me concediera deseos.

Cuando terminé la licenciatura estuvo bien a secas, pese a que fui la primera mujer de mis dos familias en terminar una carrera universitaria, lo que importaba era el siguiente paso: casarme y tener hijos.

Tiempo después, surgieron las otras princesas: Valiente, Mulán, Frozen, etc., mujeres guerreras y de carácter independiente, con ávidas ganas de sobresalir en sus talentos y luchar por sus convicciones. Si bien ya no fueron mi referente, sí lo fue para mis sobrinas quienes, a sus jóvenes 20 años, gozan de un espíritu apasionado por la moda y la salud.

De esa nueva generación de la realeza yo tengo
una favorita: María Fernanda Romero Solís. Una
mujer de carne y hueso a la que se le concedió el
poder de llevar a la gente de Guadalupe Victoria al
infinito y más allá.

Fer nació dentro de una familia donde lo mismo papá que mamá se encargaban de las tareas del hogar y la educación de los hijos. Ella supo tomar la fuerza de ambos padres cuando se fue a estudiar a Puebla capital y convertirse en especialista en ortodoncia y cirugía maxilofacial; de ahí que hoy todo el pueblo de Victoria la conozca, la reconozca y la llame con cariño, Doctora Fer.

En seis años de conocerla la vi entregando despensas por la mañana como presidenta Honoraria del DIF y portando los guantes de látex en su consultorio por las tardes. Visibilizó y sensibilizó la discapacidad y promovió toda clase de terapias para mejorar la calidad de vida de niños, adultos y tercera edad.

Imparable como es, tuvo la fantástica idea de
formar un círculo de lectura y poner a escritoras y
escritores contemporáneos al alcance de los jóvenes
a través de presentaciones de libros. El resultado ha
sido que cada vez más chicos y chicas de Guadalupe
Victoria estén leyendo por gusto.

Hoy llega como la primera presidenta electa
en la historia de su municipio de la mano de un
equipo que forjó bajo los principios del trabajo
honesto y solidario.

En su discurso, destacó el reconocimiento a
sus abuelas, a su madre y su hermana, grandes
cómplices de aventuras, sueños y trabajo. Verla en
el pódium rodeada de hombres y con su enorme
sonrisa que ilumina todo, me hizo sentir parte de
una nueva historia llena de mujeres protagonistas y
finales extraordinarios.

La Doctora Fer será por siempre el referente de
que nuestro pensamiento importa y nuestra voz
define. A partir de hoy las mujeres de Guadalupe
Victoria saben que se vale ser princesa, soñar con el
felices para siempre pero que también, y por sobre
todas las cosas, se puede ser quien decidas ser por el
valioso hecho de ser mujer.

¡Gracias Fer porque si tú puedes, todas podemos!

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