El primer disco long play que pude pergeñar de una tienda en una remota ciudad de provincia en el siglo pasado fue, quizás una compilación de los éxitos de Olivia Newton John.
Hoy me he enterado a través de las redes sociales que la cantante australiana ha muerto, víctima del cáncer de mamá, padecimiento contra el que luchó los últimos años.
Uno puede fácilmente recordar la actriz australiana como Sandy, en el meloso musical de los setenta: Vaselina. La versión de la cenicienta moderna, en la que toda ensoñación romántica es el triunfo de los cuentos de hadas en la maquinaria holliwoodense.
Aunque sus fans la adoraron por los duetos empalagosos en el soundtrack de la película con John Travolta, lo cierto es que su carrera como solista tuvo gran empuje en los setentas y ochentas. Muchas personas que vieron la película no se volvieron fans de Olivia Newton John ni de Travolta, pero seguramente son capaces de tararear las estrofas de You are the one that I want.
Las escenas del film quedaron guardadas en la cultura de una generación. Eran los años de la Guerra Fría y los musicales eran el receso del bombardeo ideológico.
Frente a Rambo o Rocky y su saga, Vaselina en un solo filme cautivó a los amantes de la melcocha, disfrazada de rebeldía.
Si West Side Story fue el himno de rebeldía de una generación, Vaselina fue la escusa para el consumo y la creación de una moda basada en la nostalgia de los rockeros años sesenta.
Después de Olivia llegaron otras estrellas del pop femenino. La inolvidable Pat Benatar con su Love is a battlefield a quien Laura Branigan quiso imitar. Sin olvidar a Cindy Lauper y la reina del pop Madonna. Ambas cantantes pop crearon su imagen como una especie de antítesis a la modosita Newton John.
La voz de Annie Lennox condensa toda la nostalgia imposible del pop del siglo pasado. Ya en el nuevo milenio llegarían Britney Spears y Lady Gaga.
Suddenly y Physical son los éxitos que marcaron la década de los ochentas en la voz de Newton John quien intentó a toda costa romper con su imagen de Sandy, para colarse en los salones de aerobics, como una antesala de la zumba.
