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jueves, noviembre 21, 2024

No pequemos con nuestros ojos

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O de la moral como política de gobierno 

De la selfie en el barrio rojo 

Al caminar por el barrio rojo de Ámsterdam, el visitante distingue que de los talleres de reparación de bicicletas se pasa a las cafeterías de consumo de marihuana.  

Al doblar unos pasos más, el turista encontrará las vidrieras donde las sexoservidoras se exponen.  

En otro guiño más, el caminante intentará tomarse una selfie, y aunque no sepa alguna lengua flamenca, escuchará un graznido chillante, la vociferación de la mujer tras el cristal.  

En un inglés áspero la mujer gritará: “No photos!”

 

El avilacamachismo 

Las consignas desde el púlpito: “cristianismo sí, comunismo no”, incendiaban a las almas de la Puebla puritana.  

Eran los fieles los que alimentaban a la moral y se medían a través de ella.  

En Puebla, prácticamente todos los cacicazgos y grupos políticos han simpatizado con la derecha.  

(No me refiero a la derecha neoliberal porque el mercado requiere de la secularización para luego privatizarlo todo. Hasta las creencias y la moral).  

Sino con esa derecha que se define tratando de ampliar la moral religiosa en la vida pública.  

Una disputa que aún no finaliza y en la que se perciben representados militantes de uno o más partidos políticos.  

La creencia religiosa y personal transformada en acción de la vida pública es el fin de esta derecha.  

Es un proyecto de limpieza de lo público desde una jerarquía moral.   

La moral como forma de regulación de la vida pública es un viejo anhelo de la burguesía poblana.  

La Junta de Mejoramiento Moral, Cívico y Material del municipio de Puebla en la década de los cincuenta y principios de los setenta, respondió a las añejas condiciones políticas de la ciudad.  

Corrían los años del avilacamachismo y además de las obras que esta junta realizó, se hallaban también acciones para frenar la inmoralidad.  

La Junta se esforzó por que se declara en el municipio la abolición de la prostitución.  

(Un documento que da cuenta pormenorizado de esto es la tesis del maestro en Historia Israel López Luna, que puede encontrarse en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la UAP). 

 

Criminalizar o no criminalizar, he ahí el dilema (Declaración recogida al vuelo) 

“Me preocupa que las vayan a redireccionar a espacios privados como casas o hoteles. No hay diferenciación entre la trata y trabajo sexual. Si su política es sacarlas del espacio público cuando este es su primer punto de encuentro con un cliente y así ganar dinero con su trabajo, las están criminalizando”. 

Vanesa Silva, vocera de la colectiva Coatlicue Siempre Viva en Para no criminalizar urge legislar sobre trabajo sexual en Puebla: activistas de Mónica Franco, en UrbanoPuebla. 

 

Las preguntas que no hacen 

¿Hubo alguna consulta con quienes ejercen la prostitución? 

¿Está en el centro de la discusión la protección a quienes ejercen la prostitución en las calles de la ciudad de Puebla? 

¿Se escuchó a quienes ejercen la prostitución en las calles de Puebla antes de desplazarlas de las calles?  

¿Se les consideran desde las instituciones a quienes ejercen la prostitución, personas con plenos derechos?  

¿No es el Estado, así con mayúsculas, el que debería velar por los derechos de quienes ejercen la prostitución?  

 ¿Cómo se reduce el estigma de quienes ejercen la prostitución?  

¿Hay alguna medida para desestigmatizar a quienes ejercen la prostitución? 

¿Son las mujeres que realizan trabajo sexual reconocidas como trabajadoras?  

¿No sería mejor reconocer el trabajo sexual como un trabajo no asalariado, tarea que le compete al Congreso?  

¿Y qué sucede con quienes ejercen control sobre las personas que se dedican al trabajo sexual?  

 

Sexoservicio como trabajo no asalariado 

El artículo 24, fracción VII de la Ley de Cultura Cívica del Distrito Federal, señalaba:  

“VII. Invitar a la prostitución o ejercerla, así como solicitar dicho servicio. En todo caso sólo procederá la presentación del probable infractor cuando exista queja vecinal, y (…)”.

El amparo 112/2013 determinó violatoria esta norma de regulación en la Ciudad de México y le otorgó a quienes se dedican al sexoservicio, al ejercer este amparo, a solicitar una credencial de trabajo no asalariado.  

Dicho amparo también reconoce la vulnerabilidad de quienes se dedican al sexoservicio, por lo tanto, las autoridades deberán también explicarles sus derechos de manera clara y accesible, entre otros, los derechos a la vivienda, a la salud sexual y reproductiva, a la alimentación y a la educación.  

También “deberán explicar qué autoridad competente es responsable de velar y vigilar que los agentes policiacos o ministeriales no las hostiguen, intimiden o extorsione al ejercer su oficio, así como que tienen derecho a formar sindicatos para velar por sus intereses”. 

 

Coda editorial 

“Mira, el domingo le preguntas al arzo, sobre la prostitución, ya ves que es un tema que todos llevamos; y ya ves, hay que llevarlo, porque hay que subirnos en la agenda. Así que te encargo que le preguntes al arzobispo, qué piensa de que, a las prostitutas, bueno, mejor no le digas así, porque, dile de otro modo, pues, cómo ve, si está bien que pues que se guarden en hoteles…” 

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