La ciudad de Puebla cumplió este domingo 492 años de su fundación.
Está a unos cuantos años de llegar a los 500 años.
Pero lejos del optimismo de los discursos rimbombantes, de los colorcitos y de las lentejuelas, Puebla se encuentra en un impasse.
La utopía de la fundación de Puebla es siempre un referente, que le da sentido a la ciudad y al Estado.
Pero todo queda ahí.
No hay una visión de Puebla a mediano y largo plazo.
Gobiernos van y gobiernos vienen, y lo que unos gobiernos hacen, llegan los otros gobiernos y lo deshacen.
Los integrantes de la clase política aprovecharon el aniversario para congraciarse con las redes sociales.
Inundaron las redes con fotitos para recordar este aniversario.
Sin duda, forman parte de esta visión beatífica y angelical el discurso identitario de la fundación.
Puebla es un estado y una ciudad desigual.
Lejos de ser una República que honra la idea de su fundación y las luchas revolucionarias de los Serdán, conserva elevados niveles de desigualdad, y trata a sus ciudadanos de manera clientelar.
Una élite toma decisiones, a la par que no existen formas de participación y de organización que superen el elitismo dominante.
La misma idea de una clase política que determina el devenir del estado, es una de las justificaciones más audaces, para fragmentar a la sociedad.
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Con la celebración de la fundación de Puebla se olvidaron las cifras de feminicidios, las cifras de personas desaparecidas, se olvidó la crisis hídrica, y el modelo de privatización del agua; también se olvidó el escándalo del hoyo financiero, y que el gobierno estatal dejó perder 600 millones de pesos que invirtió en una institución financiera sin solidez.
Se olvidaron también las cifras de personas atropelladas en las calles de la ciudad de Puebla.
Se olvidó también la falta de un trasporte público intermodal y de calidad.
(La ocurrencia del fin de semana de mencionar la construcción un tren Puebla-México, fue una bonita golosina comunicacional).
Se olvidaron también los efectos del cambio climático y la falta de medidas gubernamentales para enfrentar este fenómeno.
Se olvidó también abordar la transición energética, que en Puebla está en pañales.
La clase política persiste en esos viejos imaginarios de un republicanismo aliado con los poderes míticos de la fe.
Es la Puebla de lentejuelas, carruajes, chiles en nogada y fuegos de artificio.
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Morena y su frágil unidad.
Este lunes apareció una encuesta de C&E que publica el periódico 24 horas. La encuesta coloca a Morena, partido político de izquierda, 8 puntos arriba de las demás fuerzas políticas en Puebla.
La encuesta pondrá los pelos de punta entre los aspirantes a la presidencia municipal de Puebla.
Si Morena quiere volver a ganar la capital deberá enfrentarse a sus fantasmas.
El primer obstáculo es crear una política que pase de las fragmentaciones y las tribus a una disputa entre proyectos.
El electorado de la ciudad es exigente y demanda respuestas a sus problemas.
La política de personalidades en Morena arrastra a ese partido hacia un tobogán.
Los aspirantes a la candidatura por la capital deben jugar en tres pistas a) hacer una política de alianzas y de consensos; b) contar con un proyecto de ciudad; c) posicionarse electoralmente. d) Y ser un perfil identificado con Morena.
Ciertamente, el proceso electoral del 2021 demostró que Morena carece de capacidad democrática y que el canibalismo político marca los derroteros de ese partido.
La falta de organicidad de Morena es el gran reto para el 2024 cuando Andrés Manuel López Obrador, su líder moral, termine su mandato.
Morena no puede ser el partido de un patriarca ni tampoco el capricho político de los gobernadores en turno.
Pero tampoco puede ser el nicho de quienes se adjudican un virtuosismo ideológico.
La ausencia de capacidad dialogante, el rechazo a las formas básicas de la democracia y el consenso, sólo le ha abierto las puertas a los cuadros del viejo régimen, que han rebasado a los morenistas por doquier.
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José Luis Ambrosio Salgado convocó a un grupo de (ex) regidores de Morena este lunes.
Regidores que formaron parte del primer cabildo de izquierda de la ciudad de Puebla, allá por el remoto 2018, se dieron cita: Eduardo Covián Carrizales, Jorge Iván Camacho, Isabel Cortés Santiago, Tania Guerrero, Francisco Baeza, Joaquín Espidio Camarillo, Libertad Aguirre Junco, José Luis González Acosta, Cynthia Juárez Román, entre otros.
Además, de empresarios, integrantes de las cámaras empresariales y excandidatos a la alcaldía como Edgar Yamil Yitanni Maccise.
El anfitrión del encuentro, José Luis Ambrosio Salgado impulsa Imagina Puebla, una visión de la ciudad de Puebla a 500 años de su fundación.
A Ambrosio Salgado lo acompañó, el presidente del Congreso Local, Eduardo Castillo, así como integrantes de la sociedad civil, artistas e integrantes de Morena, como Alfonso Bermúdez, representante de Morena ante el IEE.
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Hace algunos años, Selene Ríos Andraca, me platicó que abriría un medio de comunicación.
(Así como una noche en el Royalty, entre pizzas y cervezas, escuché como Zeus Munive, cazatalentos periodístico, la invitaba a su proyecto, a principios de este siglo.)
Me lo contó muy a su estilo. Con esa emoción a flor de piel, con los exabruptos de una mañana de café en Huexotitla.
Esa mañana, Selene también me contó que su tesis de la maestría en Literatura que cursaba en la Ibero sería sobre la tradición del Nuevo Periodismo en la crónica mexicana.
Después, Selene cambiaría su tema.
Selene Ríos fue una apasionada de las historias, una periodista que incomodó al poder, y que partía al mundo entre sus fans y sus detractores.
Hoy Selene Ríos nos hace falta.
Me imagino que hubiera contado con su prosa corrosiva los vericuetos del sexenio morenista, y que habría narrado las ocurrencias de este sexenio sin las liturgias y las abluciones del gobernante en turno.
Una noche de diciembre alrededor de las 10 de la noche apareció Rafael Moreno Valle en el velorio de Selene.
Caminó con premura hacia el ataúd de Selene.
Se asomó al ataúd abierto. Miró el cuerpo de Selene.
Y como si hubiera rebotado contra algo, el gobernador se apartó abruptamente del ataúd.
Hoy me entero, que, Periódico Central, el periódico que fundó Selene, llega a los once años.
¡Felicidades a este proyecto que surgió hace algunos años en la mente y corazón de Selene y del gran botas, su Chevy compacto!