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jueves, noviembre 21, 2024

Una Comida Política, un Mensaje Abrumador y unas Selfies en Ayunas

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En tanto que otros políticos viven en solitarios universos paralelos —multiverso, le llaman—, el gobernador Miguel Barbosa Huerta es adicto del aquí y el ahora.

En tres fines de semana sucesivos ha exhibido eso que llaman músculo político al convocar y encabezar marchas y reuniones masivas.

Unos quince mil poblanos, encabezados por Barbosa, acudieron a la marcha en apoyo del presidente López Obrador el 27 de noviembre.

El propio gobernador recorrió los cuatro kilómetros en una silla de ruedas.

A la semana siguiente, vino la denominada marcha de los cien mil, la más grande que se haya realizado en Puebla, misma que rebasó todas las expectativas y puso a sudar, en solitario, a quienes hacen propaganda en los universos paralelos.

Cosa curiosa:

Dos horas después de que el mitin en el zócalo había terminado, a este lugar arribó el último contingente.

Este fin de semana, ocho mil personas —entre alcaldes, regidores y líderes políticos de los más diversos signos partidistas— comieron con el gobernador para celebrar el fin de año.

Fue una comida llena de poderosas señales que se niegan a ser traducidas por quienes suben fotos y selfies con algunos actores políticos nacionales.

Selfies en solitario.

Faltaba más.

El gobernador Barbosa suele convocar a todos.

Y todos llegan.

Y en ese “todos” caben morenistas, priistas, panistas, perredistas, y militantes y alcaldes del Partido Verde y Movimiento Ciudadano.

Es una fuerza demasiado plural en tiempos de polarización y actitudes radicales.

Pero en 2024 está dicho que sólo así se ganarán las elecciones.

La marcha de “El INE no se toca” dejó en claro algo: que los tiempos políticos han cambiado inevitablemente.

Hay una expresión plural, lejos del multiverso, que está viva, y que disiente, en el centro político del país.

A unos pocos kilómetros, en Puebla, esa expresión marcha con pasos y ritmos muy distintos.

La gran relación que el gobernador tiene con los líderes políticos de diferentes signos es todo un fenómeno ante lo que se vive en otras plazas y en otros espacios.

Hay muestras evidentes de eso.

¿Quiénes en las filas poblanas de Morena —además de Miguel Barbosa— pueden presumir de eso?

La duda mata.

Y muere sin respuestas.

El gobernador lo sabe.

Lo saben también en los centros neurálgicos del poder.

Es decir: en Palacio Nacional.

Esto no se ha construido de la noche a la mañana.

Es el resultado de mucho días con sus horas.

(Y de mucho trabajo conjunto).

Sólo los solitarios que se toman selfies en universos paralelos no quieren enterarse de lo que está pasando en Puebla.

Y no quieren, porque no les conviene.

Creen que con sus selfies basta para ganar la contienda.

El pasado reciente ya los derrotó.

Sólo falta que el multiverso también lo haga.

El mensaje del gobernador en la comida del fin de semana no tuvo otros destinarios diferentes a los ocho mil personajes reunidos.

Pero, diría McLuhan, la comida (el medio) es el mensaje.

Y en esa metáfora cabe el 2024.

Un dato más:

El gobernador cierra el año metido en una particular euforia que tiene que ver con los tres actos reseñados.

Digamos que su temporada invicta inició en junio de 2021, cuando derrotó a quienes habían hecho un bloque en su contra.

A éstos mismos les ganó —ya en 2022— las asambleas de Morena.

Más tarde, les quitó la presidencia del partido y el Consejo Estatal.

Las constantes visitas a Puebla de Claudia Sheinbaum han sido las cerezas del pastel.

Todo eso junto lo tienen de excelente humor.

Las cosas no se acomodan solas.

Eso es lo que ignoran los solitarios habitantes de los universos paralelos.

Ésos que han hecho de las selfies su cocaína recurrente.

¡Terrible, señoras y señores!

¡Saquen sus old fashioned y bebamos!

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