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domingo, octubre 20, 2024

Un poblano preso en Quintana Roo (mapas, registros y bitácoras)

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A la par de que operaba temas de infraestructura y proveedores para Laura Fernández (a la sazón alcaldesa de Puerto Morelos, Quintana Roo), Arturo Márquez hizo una buena amistad con Nacho Sánchez, quien precisamente era el titular de Obras Públicas.

Fue tan buena su relación, que Márquez empezó a conseguirle recursos de todo tipo para que Sánchez —ya convertido en su compadre— fuera postulado como sucesor de la alcaldesa.

Pero algo se movió de su lugar (el destino es impredecible), algo no cuajó en el molde (el origen del dinero black suele ser perturbador), y sobrevino su ejecución a plena luz del día.

El aspirante a la alcaldía por el Verde, Morena y PT recibió seis impactos de bala en la espalda cuando se tomaba un café con algunas personas en febrero de 2021.

Surgió el caos del brazo de la crisis, y vino a la par la solución: Blanca Merari, esposa de Sánchez y comadre, en consecuencia, de Arturo Marquez, fue designada candidata a la alcaldía.

El compadre, generoso, volcó toda su ayuda en aras de consolidar el proyecto.

Lo mismo hizo la alcaldesa, quien llevaba una relación cercana con Sánchez y Merari.

¿Qué favor le habrá hecho Laura Fernández a la mujer que ganó la elección en Puerto Morelos?

Nunca lo sabremos.

Lo cierto es que Merari rompió con ella al poco tiempo y hasta la denunció por las más diversas irregularidades en las que estaba implicado su compadre —padrino de sus hijas—, a quien le dio trato de rey.

La influencia de este personaje, originario de Zacatlán, Puebla, fue brutal.

Y pronto generó el enojo del Niño Verde —quien ya no es niño y nunca, jamás, fue verde—, dueño y señor de Quintana Roo.

Blanca Merari, pues, denunció a Laura Fernández, pero la bala le pegó al compadre feliz.

Las investigaciones judiciales lo convirtieron en el actor central de irregularidades de todo tipo.

Y surgieron los obsequios de órdenes de aprehensión contra varios personajes.

Incluso a la Mañanera del presidente López Obrador llegó la explicación de la trama que ponía a Márquez como el cerebro de la operación fraudulenta.

Detrás de la feroz persecución de la Fiscalía General de Quintana Roo —quien ya tiene en la cárcel de Cancún a Arturo Márquez— están el mismísimo Jorge Emilio González Martínez —el Niño Verde— y la gobernadora Mara Lezama.

Y a todo esto: ¿quién es el fiscal en esta trama?

Un viejo conocido de los poblanos: Raciel López Salazar, quien está por regresar a Chiapas, su patria chica, gracias a una invitación de Eduardo Ramírez Aguilar, que asumirá la gubernatura el 8 de diciembre.

López Salazar llegó a Quintana Roo de la mano del hoy senador Manuel Velasco, exgobernador de Chiapas, y antes de ese arribo estuvo al frente de la Secretaría de Seguridad Pública del estado de Puebla durante el gobierno de don Miguel Barbosa Huerta.

La ruptura entre ambos —brutal en todos los sentidos y rica en descalificaciones— llevó a Raciel López a Quintana Roo, quien tiene un muy particular interés en la figura de Arturo Márquez, quien a sus treinta y seis años ganó todo y a sus treinta y seis años perdió todo.

Un drama, sí, y de la vida real.

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