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domingo, octubre 13, 2024

Las mentiras y las banalidades de Santiago Nieto

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El hipócrita lector recordará que la semana pasada la periodista Elvia Cruz publicó una entrevista con Santiago Nieto, fallido titular de la Unidad de Inteligencia Financiera y encargado de despacho de la Procuraduría de Hidalgo.

Una de las mentiras que le dijo a Elvia fue que el gobierno de Miguel Barbosa junto con Roberto Gil Zuarth quisieron extorsionar a la familia Jenkins, propietaria de la Universidad de las Américas-Puebla.

Tras la revelación, los antibarbosistas sacaron navajas, pitos, flautas y descalificaciones.

Pero el 10 de agosto, a las 9:43 de la mañana, Nieto subió un tuit para recular:

“Estimada Elvia, por respeto a Miguel Barbosa, quien fue mi jefe, quiero aclarar que nunca lo mencioné como extorsionador de la familia Jenkins, hablé del contexto de varios grupos de abogados que lucraron con el caso”.

Ah.

Ok.

El personaje al que le faltó grandeza en su momento dio un paso atrás y dejó las cosas en claro.

Sobra decir que los piteros ya no dijeron nada.

Un silencio frustrado los cubrió.

En esa entrevista, por cierto, Nieto usó un eufemismo para los múltiples errores que cometió a lo largo de su paso por la UIF.

Les llamó “área de oportunidad”.

Sobra decir que nuestro personaje se llena de esas áreas de oportunidad cada vez que habla.

Qué eufemismo tan conveniente para tapar su porqueriza.

¿Cómo olvidar que aseguró que Javier Lozano Alarcón era asesor de Miguel Barbosa como gobernador?

Cualquier tuitero —el más sombrío, el más disléxico, el más afásico— sabe que Lozano se la pasó criticando al exgobernador.

Otra de sus lindezas en la entrevista con Elvia Cruz fue cuando redujo el caso Ignacio Mier-Alejandro Armenta (en el que hay una denuncia de por medio) a un tema personal.

Abruma la banalidad de alguien que en su momento fue tan poderoso.

Hoy, desde la aldea hidalguense, crítica a su sucesor en la UIF: Pablo Gómez.

 

 

El sobrino de Nacho Mier. Moisés Villaverde Mier es un empresario doblado de gran lector.

No es usual en un país de analfabetos funcionales que alguien que de pronto pisa la arena política lo haga con sus credenciales intelectuales bien puestas.

Moi, como se le conoce, es admirador de Alejandro Magno, de Sócrates y de Julio César.

En consecuencia, entiende perfectamente los contextos históricos y filosóficos del viejo mundo.

Traerlos a la Puebla levítica no es sencillo.

(Lo más difícil, siempre, es traducir ese viejo mundo y empatarlo con lo que hoy vivimos).

Moi es sobrino de Ignacio Mier Velasco y orgulloso hijo de su padre: Arturo Villaverde, quien fue líder del Consejo Nacional Ciudadano para el desarrollo social y encabezó una lucha abierta en contra del entonces gobernador Mario Marín.

Cada vez es más frecuente encontrarse a Moi en los restaurantes poblanos, hablando, inevitablemente, de sus doctas pasiones.

¡Ave, Caesar!

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