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martes, mayo 14, 2024

La sucesión poblana narrada por un mago

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El pitcher subido en el montículo —el presidente López Obrador— ya está en la parte baja de la novena entrada.

El Mago Septién narra con fruición esos momentos culminantes y nos recuerda que “contra la base por bolas no hay defensa”.

El presidente sabe que es el tiempo del ahora o nunca, por eso lleva esa antesala del lanzamiento —la antesala del destape poblano— a su límite histórico.

Para esas horas, conoce a cada uno de los jugadores.

Sabe quién se ha robado la segunda base con artimañas marinistas.

Ubica al vendedor de espejitos.

Tiene en la mira al que falsea hasta la base por bola.

Pero también —y esto es importante— huele al que hará el cuadrangular.

No un cuadrangular cualquiera.

El cuadrangular.

El pitcher subido en el montículo tiene ojos en la nuca, lo que le permite ver la narrativa falsa de algunos peloteros.

Conoce sus componendas hechas en la oscuridad del estadio.

Escucha sus voces metidas en los murmullos.

Oye el tic tac de sus relojes en la hora de la conspiración.

El robador de segundas bases suda frío y sonríe.

Un Scherer, su manager, le ha dicho que no deje de sonreír.

Y él lo hace incluso cuando sus seguidores inician la feria de las deslealtades.

“Sonríe, macho, sonríe”, le dice.

Los ojos en la nuca del pitcher subido en el montículo captan la escena en la parte baja de la novena entrada.

El Mago Septién suelta frases como flores en el Día del Fanático:

“Una Serie Mundial es un conflicto de músculos, de técnica y de neurosis, telaraña de pasión y fanatismo que devora la lógica”.

Y más:

“También es un ballet sin música y un drama sin palabras”.

El pitcher subido en el montículo desconfía de las encuestas.

A su WhatsApp han llegado por docenas.

Recuerda al Mago Septién cuando le dijo que los números son profetas que miran hacia atrás.

Hay jugadores nerviosos en todo este silencio.

Los ojos del pitcher subido en el montículo les manda decir otras dos frases del Mago:

“Fama es lo que queda de la popularidad cuando el aplauso ha terminado”.

“Bajar no quita la gloria de haber subido”.

Las aves que aman los estadios gorjean brevemente.

El vendedor de hamburguesas frena su ritual para sumarse al silencio que pesa en el diamante.

El bateador elegido por el pitcher subido en el montículo se pone por delante del catcher.

Éste traduce la mirada de águila del pitcher.

“Para conocer al pelotero vivo, tienes que conocer al pelotero muerto”, susurra el Mago Septién. 

Y remata con una frase que culmina esta larguísima trama:

“La gloria es un veneno que se debe de tomar con gotas”.

Imagen: Abel Quezada

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