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lunes, junio 30, 2025

La película de terror del Tío Richie

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Ricardo Salinas Pliego debe tanto dinero al fisco que no sería inviable que el SAT terminara por embargarlo.

Dado que Grupo Salinas enfrenta 32 juicios fiscales, con casos pendientes en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), un fallo en su contra (cosa que parece inminente) obligaría al pago inmediato de los adeudos, con posibles multas adicionales.

En otras palabras: si la SCJN niega los amparos promovidos por Salinas Pliego, no habrá más recursos legales para evitar el pago, y el SAT podrá ejecutar embargos o cobros forzosos.

Imaginemos este escenario:

El yate, el avión, el helicóptero —todo junto— no alcanza para liquidar los 74 mil millones de pesos que adeuda desde 2008.

¿Qué procede?

Lo que técnicamente se conoce como un ‘embargo de bienes’.

(El SAT puede embargar cuentas bancarias, propiedades, vehículos u otros activos de Grupo Salinas para cubrir la deuda).

Una de las propiedades es Televisión Azteca.

Imaginemos que el SAT embarga la empresa (con Paty Chapoy y Javier Alatorre incluidos).

O que, recurriendo a la nueva Ley de Telecomunicaciones, retirara la concesión pública de la misma.

Ufff.

Sería algo inédito en el país.

Ese afán de estirar la liga, en el caso del empresario, ya encontró un escenario que hasta hace poco parecía impensable: toparse con un nuevo Poder Judicial, ajeno, por completo, a los ministros que durante años alargaron los procedimientos en su contra.

Sin las togas que estaban de su lado, Salinas Pliego se ve como un perro flaco.

Un perro flaco pulgoso.

Un perro flaco pulgoso y ojeroso.

Los mensajes de Palacio Nacional han ido al alza.

Lejos de bajar la guardia, nuestro personaje ha subido la apuesta.

¿Qué espera?

Que Trump intervenga a su favor en cualquiera de las formas posibles.

(Suele jactarse de su buena relación con el trumpismo).

Eso está lejos de suceder.

Lo que sí vendrá —es inminente— es que la Corte (sea ésta o la que llegará el 1 de septiembre) saque las tijeras y le corte los brazos y las piernas.

Entonces caerá Roma.

En otras palabras: el circo se quedará sin carpa.

Hay que tener las palomitas a la mano.

La película que estamos por ver no la habría imaginado ni Alfred Hitchcock.

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