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jueves, agosto 28, 2025

La banda del automóvil gris opera en Puebla

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Crystal Motors se anuncia en Facebook para estafar al que se deje.

Ofrecen autos a crédito, y éste lo aprueban de inmediato.
De entrada, piden un depósito de 14 mil 500 pesos y los datos de dos personas que conozcan al solicitante.

Posteriormente, alguien se comunica con las dos personas conocidas de la eventual víctima para hacerles un “examen” con preguntas incontestables y ridículas:

“¿Que kilometraje tiene el auto que quiere comprar su conocido?”.

“¿De qué color es?”.

Etcétera.
Buena parte de las personas no pueden responderlas.
Cuando el solicitante va a recoger auto, es informado que sus dos personas conocidas no aprobaron el examen y que, en consecuencia, su crédito no puede ser otorgado.
Viene entonces la etapa de las opciones, pero si el comprador no se interesa, y solicita la devolución de su depósito, le informan que no pueden darle su dinero.

La zona que sigue es tortuosa.

Los pretextos son inverosímiles y largos.

Las llamadas no son devueltas.

Ufff.

La Profeco dice que tiene muchas quejas de la empresa, pero que, cuando citan a los responsables, simplemente no asisten.
Entonces viene la recomendación de demandar ante la Fiscalía.
Las dudas matan:

¿Quién protege a estos gángsters?

¿Cómo es que Profeco no enciende las luces rojas como sí lo hace ante las gasolineras que venden litros de 900 mililitros?

Las víctimas se cuentan por decenas.

Crystal Motors se ubica en el circuito Juan Pablo II número 331.

Los usuarios que comentan en su página de Facebook permanentemente escriben mensajes de alerta: “¡fraude, fraude!”.

Pero ellos —los defraudadores— no se inmutan, y siguen anunciando sus autos con la leyenda “¡Ya es tuyo este hermoso vehículo!”.

El mundo es un lugar malvado poblado de defraudadores como los de Crystal Motors.

¡Terrible!

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