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viernes, marzo 29, 2024

El País de Antes (Carteristas, Mariachis y Tocaculos)

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Adela Micha hizo una alfombra roja por la inauguración de sus nuevas instalaciones. 

Junto a figuras del bajo mundo de una farándula cada vez más en decadencia —Carmen Campuzano, Héctor Suárez Gomiz…—, aparecieron las ruinas arqueológicas que ocupan escaños en el Senado de la República. 

A saber: Olga Sánchez Cordero, Ricardo Monreal, Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu y Miguel Ángel Mancera.

(Por ahí andaban también algunos alcaldes panistas de la Ciudad de México: Lía Limón, Sandra Cuevas, Mauricio Tabe y otros bastante menores). 

Sergio Gutiérrez Luna y esposa andaban de lo más felices. 

(Él es el anónimo presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados. ¿Alguien sabía su nombre?). 

La Pipitilla no faltó a la fiesta. 

Un tal Adolfo Cerqueda, de filiación morenista, se presentó como alcalde de Nezahualcóyotl. 

Su semejanza intelectual con Lily Téllez —gran ausente de la noche— fue patente a lo largo de la reunión. 

No paraba de hablar. 

(O de gritar). 

Y sus mensajes en infinitivo sioux marcaron indudablemente su tránsito por esa alfombra roja. 

Pero lo peor no fue eso. 

Lo peor fue cuando Osorio Chong cantó sin música un clásico de José Alfredo: Si nos dejan. 

Una voz más cercana al aguardiente que al whisky evidenció el nivel de la política mexicana. 

En ese solo acto simbólico quedó enmarcado el pasado reciente: Un pasado en el que mariachis como Osorio Chong gobernaron y saquearon este pobre país. 

Mientras Chong albureaba a Adela Micha, el burro Van Rankin le tocaba un pezón a Mancera. 

¡Es real! 

La escena fue así: 

Se sentó en sus piernas, metió la mano derecha por debajo del saco y se solazó en el pezón izquierdo del exjefe de Gobierno del antiguo Distrito Federal. 

¿Qué hizo Mancera ante esto? 

Ni se inmutó. 

Así se llevan. 

Un poco horrorizada, pero muy sonriente, Sánchez Cordero se marchó cuando Adela Micha les preguntó a sus invitados chicharroneros  que quién de ellos se veía como candidato a la Presidencia de la República en 2024. 

Detrás suyo también se fue un alicaído Ricardo Monreal. 

Solo se quedaron los mariachis de medio pelo. 

Gracias a esa fiesta quedó grabado en la memoria el país que tuvimos. 

Un país en el que las voces aguardientosas compitieron con los ladrones de carteras, los tocaculos (¡oh, Bernie Fernández!) y los tocapezones. 

¡Qué país tan delirante! 

Y lo peor es que existió. 

Y aunque hoy estén refugiados en el Senado, varios de esos mariachis juran que estábamos mejor antes. 

¿Alguien lo cree en serio? 

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