Una buena parte de los políticos de la vieja escuela priista se ha referido a los periodistas en términos muy similares a los de Alito Moreno, el obseso que se niega a dejar el CEN del PRI.
La caricatura en la que lo ha convertido Layda Sansores, gobernadora de Campeche, es cada vez más patética.
Y todos los martes nos sorprende, él, por su capacidad para cavar hacia el abismo.
Cuando parece que no puede tocar más fondo, lo toca.
Y siempre con su impecable lenguaje.
Un lenguaje que evoca lo peor del Negro Durazo o Murillo Karam, o Mario Marín.
Los políticos como Alito son insaciables.
Ya se ve.
Siempre hablan de cifras brutales de dinero black con el que compran todo: desde vehículos hasta voluntades.
Los ejemplos que puso de la prensa chiapaneca y nacional son sólo un pálido ejemplo.
Inevitablemente pensé en los célebres diálogos entre Alfonso Corona del Rosal —a la sazón presidente nacional del PRI— y Francisco Galindo Ochoa, el operador de medios de varios presidentes de la República.
En La Otra Guerra Secreta, espléndido libro de Jacinto Rodríguez Munguía, caen varios mitos entre los periodistas mexicanos.
Uno de quienes no salen bien librados, y terminan siendo expuestos más en sus sombras que en sus luces, es Manuel Buendía, el enemigo número uno –en su tiempo- de la ultraderecha mexicana y de la CIA.
Rodríguez Munguía refleja en las fichas a las que tuvo acceso en Lecumberri —vía el Archivo General de la Nación— el carácter doméstico e institucional de Buendía en su relación con el presidente Luis Echeverría Álvarez.
Pero si el periodista no sale bien librado en este libro —como tampoco el venerado Jacobo Zabludovski—, hay una figura que destaca de entre todas por su perversidad y por su lenguaje soez.
¿Quién es?
Galindo Ochoa.
Veamos el diálogo que recrea Rodríguez Munguía —tomado de los archivos referidos anteriormente— en los que aparecen Galindo Ochoa y Corona del Rosal, quien curiosamente es llamado “Flor” por el operador de medios.
Vea el hipócrita lector cómo trataba el operador al líder priista en plena época navideña y cómo ambos se burlaban de los periodistas de la época.
¿Fecha?
19 de diciembre de 1962.
Flor: ¿Pancho?
Ochoa: ¿Cómo le fue, mi flor?
F: Oiga, Pancho, ¿qué le mandaremos a (Carlos) Denegri?
O: ¿A Denegri?
F: ¿Qué me sugiere?…
O: Pues hombre, mi Flor… lo que más le gustaría…
F: Sí…
O: Mándele ‘lana’, mi Flor.
F: ¿Sí?…
O: Sí…
F: ¿Cuánto le mandamos?
O: Pues… ¿cuánto tenía usted pensado para el regalo?
F: Pues unos tres mil. Algo así.
O: Pues mándele.
F: Cinco.
O: Si puede.
F: Sí, cómo no.
O: Sí… porque ahorita está ladrando aquél.
F: Entonces…
O: Tuvo que correr ahí a un gerente y tuvo que darle cincuenta mil pesos.
F: Mañana se los damos.
O: Muy bien, mi Flor.
F: Muy bien.
O: ¿Que me hizo favor de invitarme a tomar una copa mañana a su casa?
F: El honrado es su amigo.
O: Jajajaja. Muchas gracias. ¿Nos vamos a ver en el partido, verdad?
F: Sí. A la una va el embajador ruso a visitarnos.
O: Sí, señor.
F: Y de ahí nos venimos.
O: Oiga, mi Flor.
F: Sí…
O: ¿No sería conveniente que usted dirigiera un mensaje a los miembros del partido con motivo del año nuevo?
F: Sí, cómo no…
O: Para publicarlo en la Revista…
F: Cómo no, ande; hágalo.
O: ¿Quiere que le haga un proyecto?
F: Sí. Hágalo.
O: Mañana lo llevo.
F: Oiga, otro favor…
O: Dígame…
F: Sería bueno mandarle un regalito a (Mario) Santaella
O: Pues sí, también…
F: ¿Verdad…?
O: Sí…
F: A (Manuel) Buendía con un cortesito… ¿no?
O: Con eso sale de paso…
F: ¿Verdad…?
O: Si, además anda muy mal de a «tiro»… jajajajajaja.
F: Jajajajajajaja. ¿A quiénes otros debemos atender… a Don Rodrigo?
O: A su amigo (Julio) Teissier, hombre. A Rodrigo… sí…
F: ¿A Teissier qué me sugiere…?
O: A Teissier lo mismo… mi Flor…
F: ¿Igual camino…?
O: Igual o lana… o un corte de casimir.
F: O un objeto de plata para su casa…
O: A don Rodrigo… Whisky…
F: ¿Whisky…?
O: Sí…
F: ¿Bueno, oiga, y no le gusta a Don Rodrigo el buen vino tinto?
O: Sí…A él le gusta marca Wusson que es muy difícil… me quedaron de surtirme el otro día que encargué una caja…
F: Pero ya nos dijo el otro día que nos gusta el buen Chivas… le puedo mandar unas tres botellas del buen Chivas… es un buen regalo…
O: Sí, es un buen regalo…
F: Bueno a Teissier un objeto de plata…
O: A esa gente mejor lana…
F: Es más práctico, ¿verdad?…
O: Siempre andan tras ella…
F: ¿Bueno, entones mañana hacemos eso… ¿no hay alguno otra persona que debamos atender…?
O: A el ABC, mi Flor…
F: ¿Pues qué siguiere usted…?
O: Pues a esas gentes que tienen tanto, mi Flor… Pues Champaña
F: Bueno…
O: No puede ser menos…
F: No… no… no.
O: Una gente de esa categoría…
F: Claro.
O: Le manda usted una cosa de plata… que más tendrán…
F: No… toneladas…
O: Verdad… jajajajajajaja…
F: jajajajajajaja…
O: Oiga, más que las que hay ahorita en las minas de Pachuca… jajajaja.
F: jajajajaja… indudablemente…
O: ¿Verdad…? Pero una buena champaña sí le cae bien…
F: Nunca sobra… Bueno, Pancho… hasta mañana
O: Hasta Mañana…
Hasta aquí la extensa conversación.
Aquí puede el hipócrita lector poner los nombres de algunos personajes de la prensa crítica.
O libertaria.
Esos que gustan de meterse una línea de coca antes de meterse en sus ensoñaciones.
¡Terrible!
Comamos.