Hay encuestadoras como Massive Caller que son como los relojes descompuestos.
La frase completa es de Javier Tello, un brillante analista egresado de Oxford y Columbia:
“Los relojes descompuestos aciertan dos veces al día”.
En el caso de Massive Caller, que carece de una metodología científica, esta metáfora entra como calcetín en el pie derecho de un marido engañado.
Los conocedores, que son pocos, la ubican en el plano de las apuestas en Las Vegas.
Y es que dicha empresa, propiedad de un panista que jura que es expanista, no hace encuestas casa por casa sino sondeos telefónicos automáticos.
La propia Xóchitl Gálvez, candidata del PRIAN a la Presidencia, lo dijo hace algún tiempo: “Cualquiera que le pague a Massive Caller sale arriba (en las encuestas)”.
Algo similar reveló Claudia Sheinbaum, candidata puntera: “En 2018 vinieron a vernos los de esa encuestadora ofreciendo sus servicios para ‘orientar’ los resultados”.
Sheinbaum rebautizó a Massive Caller.
Le llama ‘Massive Liar’: ‘Mentira Masiva’.
Oraculus —concentradora de encuestas aparentemente serias, aunque miden a la muy sospechosa Enkoll— rechazó a Massive Caller por su falta de metodología.
Cosa curiosa: Xóchitl Gálvez ha empezado a presumir el resultado del ‘reloj descompuesto’ al que anteriormente descalificó.
¿La razón?
Que la pone prácticamente en empate técnico con Sheinbaum.
(En Puebla pasa lo mismo con Eduardo Rivera y Mario Riestra, candidatos del PRIAN a la gubernatura y a la alcaldía de Puebla).
Los relojes descompuestos tienen su encanto.
(Igual que los maridos engañados).
La gracia de acertar la hora dos veces al día los vuelve perturbadores.
Lo dramático es que nadie se entera de ese doble hit.
Y es que el hogar de los relojes descompuestos suele ser un cajón de trebejos.
Nadie en su sano juicio usa un reloj descompuesto.
Su doble victoria pírrica, pues, se da en solitario.
En ‘La invención de Cronos’, primera película de Guillermo del Toro protagonizada por Federico Luppi, el personaje principal —un anticuario— busca metafóricamente convertirse en un vampiro.
Es decir: en un señor inmortal que trascienda a los demás humanos.
(Empezando por un ambicioso familiar que desea su muerte para quedarse con la herencia).
El mundo de ese anticuario tiene que ver con los relojes.
Incluso aquellos que sólo dan la hora dos veces al día.
Apostarle a un instrumento romántico pero inservible es muy aventurado.
Pero las redes sociales tienen su propio ritmo.
Y en ellas abundan los creyentes de Massive Caller.
Es decir: de Massive Liar.
Es decir: de las Mentiras Masivas.
Argumentan, faltaba más, que en dos elecciones ha acertado.
En efecto: igual que los relojes descompuestos.
¡Dignidad, caray!
¡Filosofía!
Una mujer con pañoleta metida en su cáncer. Durante el reciente acto en el que Lupita Cuautle, candidata del PAN a la alcaldía de San Andrés Cholula, dio a conocer su propuesta de agenda de gobierno, una mujer con una pañoleta en la cabeza desnuda, sentada en primera fila, pidió la palabra.
De entrada, agradeció el apoyo que recibió de Lupita cuando ésta dirigió el DIF Municipal.
Posteriormente, reveló que padece de un cáncer terminal que la viene minando todos los días.
Relató que las medicinas para el cáncer no sólo son inconseguibles sino carísimas, pero que gracias a Lupita ha logrado sobrevivir un poco más.
La señora, de origen muy humilde, es madre de un niño con síndrome de Down.
Como suele ocurrir, el marido huyó cuando el cáncer se fue a vivir a su hogar.
Es doloroso decirlo, pero el niño quedará a la deriva una vez que fallezca su amorosa madre.
Susan Sontag escribió que la enfermedad —en este caso el cáncer— es el lado nocturno de la vida, lo que significa que, al menos por un tiempo, nos convertiremos en ciudadanos de aquel otro lugar.
Al escuchar a la señora con una pañoleta en la cabeza desnuda, pensé en el miserable que la abandonó y en el hijo que quedará huérfano de padre y madre.
Es una suerte que ellos —madre e hijo— se hayan encontrado a Lupita en su camino.
No todos los días sale el sol para algunos.
El lado nocturno de la vida es doblemente oscuro para los que nada tienen.