En los últimos días hice un ejercicio de microhistoria (en la mejor tradición de don Luis González y González) a partir de algunos casos emblemáticos de corrupción y enriquecimiento inexplicable ocurridos en la sierra norte de Puebla.
Bien decía Borges: el azar es generoso.
El caso es que los astros se alinearon en las últimas horas con las declaraciones del gobernador Alejandro Armenta en el sentido de generar un programa para combatir la corrupción.
Dicho programa se llamará, muy coloquialmente, “Ni milpa ni moches”, el cual impedirá, entre otras cosas, que los candidatos a cargos de elección popular conozcan el salario que obtendrían en caso de ganar sus contiendas.
Rescato algunas frases textuales:
“Que nunca más un candidato piense cuánto le va a dejar el cargo. Que su motivación no sea el beneficio económico, sino el compromiso de servir a Puebla con honestidad. (…) Sé que es una lucha difícil, porque hay quienes sólo esperan una campaña para recuperarse de algo: que no les fue bien en la vida, en su empresa o en su organización. Ahí es donde anida la corrupción”.
Hasta aquí la larga, pero reveladora cita.
Los parias que buscan las presidencias municipales para recuperarse de un fracaso personal o financiero saben perfectamente dónde “anida la corrupción” y la ya célebre Ley Milpa: “Mil pa’ti, mil pa’ mí”.
Son, también, lo más parecido a un velociraptor (‘ladrón veloz’).
Vea el hipócrita lector: tienen una cola larga y rígida.
(Obsérvelos cuando bajen, muy machuchones, de sus Suburbans prietas y crucen los jardines de sus pueblos).
Tienen unas garras grandes con forma de hoz en cada pata, lo que les facilita hacer brutales negocios en cosa de tres años.
A diferencia de otros dromesáuridos, nuestros alcaldes poseen un cráneo bajo y alargado, y un hocico chato, dirigido hacia arriba.
Chequen bien bajo el traje tipo Pachuco Bailarín sus patas traseras (de gran longitud), lo que evidencia su gran velocidad para robar carteras.
Si los ve, no se les acerque.
Corre el riesgo de que le roben hasta la corbata.
“Ni milpa ni moches” será, ufff, un programa histórico que les cambiará a muchos hasta el modito de andar.
