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miércoles, diciembre 4, 2024

Carlos Salinas de Gortari y Rafael Moreno Valle: comida para dos

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El senador Rafael Moreno Valle llegó al privado del restauranteLa Table Krug, ubicado en el hotel St. Regis, a las 2 y media de la tarde del martes11 de diciembre de 2018.

Tres días antes, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación había fallado en favor de Martha Ericka Alonso, su esposa, quien de esa manera se convirtió en la primera mujer en gobernar Puebla.

Ya lo esperaba el expresidente Carlos Salinas de Gortari. Ambos vestían trajes Brioni.

El senador, de color azul marino. Salinas, de color gris Oxford. Se saludaron con afecto. El expresidente lo felicitó por el fallo del Tribunal. “Eso merece un brindis”, dijo sonriente Salinas. Y pidió una botella de agua mineral San Pellegrino. Ambos rieron y chocaron sus vasos.

A la mesa se integraría una hora después Carlos Hank Rohn, por lo que aprovecharon para hablar de política. Política poblana, primero. Política nacional, después. Pidieron cangrejo rey, trufa negra y ostiones kumamoto. Nada de postre, nada de café, nada de vino.

—Veo, Rafael, que ya le tomaste la medida al presidente López Obrador.

—Ya le metí dos recursos de inconstitucionalidad y voy por el tercero, Carlos. Te los dedico.

—Supe por ahí que has hecho una muy buena alianza con el senador Monreal.

Salúdamelo cuando lo veas.

—Tengo cena con él en este lugar al rato. Y sí, Carlos, hemos hecho buenas alianzas.

Ahí está el tema del Tribunal Electoral. (Risas).

—Ir contra un presidente no es nada sencillo, Rafael. Menos aún cuando ese presidente se apellida López Obrador.

—Ricardo es muy hábil. Sigue siendo un priista nato. Mide muy bien sus palabras y sus actos, y es un príncipe a la hora de estirar la liga.

—AMLO es peligroso, Rafael. Es el rey del resentimiento. Cuando pueda se las va a cobrar. Contigo es más complicado que lo haga, pero al senador le puede quitar la presidencia de la Junta de Coordinación Política del Senado, ¿eh?

—Ya midió los riesgos, Carlos, y tiene una buena mayoría en el bolsillo. Te digo que es un priista nato. (Risas).

—AMLO es más perverso que el senador. De la noche a la mañana le puede construir una mayoría que lo aplaste.

—¿Nunca se sentaron tú y él?

—Dos veces, pero nadie se enteró.

—¿Cómo fue eso? ¿Eras presidente?

—La primera vez sí. Fernando del Villar me pasó un reporte interesante acerca de su crecimiento político en Tabasco. Fue antes, mucho antes, de que Madrazo le ganara la gubernatura. Nos vimos en la casa de Enrique González Pedrero. Fue una cena abrupta porque él sacó ahí una serie de peticiones imposibles de cumplir. Luego Julieta Campos convocó a otra comida cuando AMLO ya era líder nacional del PRD. Ésa estuvo peor porque ya me detestaba como ahora.

—¿Zedillo le daba cuerda?

—Indudablemente, Rafael. Acuérdate que los enemigos de tu enemigo son tus amigos.

Ése era el lema de Zedillo. Ambos se llevaron bien y unieron sus fuerzas contra mí en buena medida por el resentimiento que me tenían. Si alguien los hubiera abrazado a los seis años de edad habrían sido otras personas. (Risas).

Entre toses, Salinas le preguntó a Moreno Valle sobre sus vacaciones invernales.

—Iremos a un crucero por los fiordos nórdicos. El 24 cenaremos con mis papás y el 26 nos vamos.

Cuando llegaron a este punto, Hank Rohn ingresó al denominado restaurante francés más íntimo de México.

(Continuará).

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