Tras una breve estancia en Europa, el empresario Javier Pacheco canceló su viaje de invierno ante los nuevos escenarios.
Buen amigo de Miguel Barbosa Huerta, comentó con él sobre el tema de la gubernatura interina.
—Querido Javo, la política es una pelota que rueda. Y en la novela poblana, la pelota está rodando.
—¿Crees que mi papá debe moverse, Miguelón?
—Claro que sí. Adelante.
Javier empezó a reunirse con algunos diputados para semblantear la posibilidad de que don Guillermo Pacheco Pulido se convirtiera en el gobernador interino. Poco a poco fue viendo que el cielo se abría en el día a día. Gabriel Biestro, por ejemplo, le dijo que originalmente había empezado a moverse, pero que no lo haría más.
—Don Guillermo sería un buen gobernador —le comentó a Javier.
Para empujar a su papá a que jugara, le pidió al periodista Jesús Manuel Hernández que le hiciera una entrevista. Así lo hizo la mañana del 16 de enero de 2019. La respuesta de don Guillermo fue en el sentido de que se inscribiría en la lista de los aspirantes en el Congreso del Estado.
Para entonces los suspirantes ya rebasaban los cuarenta. Javier Pacheco también habló con Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente López Obrador. Ella vio con buenos ojos la propuesta. Dos reuniones cerraron la concha: una comida en la Ciudad de México y un encuentro, en Puebla, en la casa de Emilio Maurer.
A la primera acudieron Yeidckol Polevnsky, don Guillermo, Javier y Miguel Barbosa, el gran operador de la trama. Fue una comida cálida llena de apoyos.
A la segunda llegaron los diputados locales de Morena y el PT. Todos se sumaron a la propuesta, aunque José Juan Espinosa cambiaría de opinión posteriormente.
A la par de todo esto, varias organizaciones priistas empezaron a sumarse.
Jorge Estefan Chidiac se dio a la tarea de conseguir adhesiones. “Es un gran priista y debemos estar con él”, les decía a los líderes de los sectores. La diputada priista Rocío García Olmedo no tuvo dudas y se adhirió desde el primer momento. También lo haría su compañera de partido que conformaba el grupo legislativo.
Quienes no estuvieron de acuerdo fueron Javier Casique y Nibardo Hernández. Incluso trascendió que Claudia Ruiz Massieu, dirigente nacional del PRI, había dado la línea de apoyar al candidato de los morenovallistas: Jesús Rodríguez Almeida.
Javier Pacheco también logró que Germán Sierra y otros priistas se sumaran. Juan Pablo Kuri, del Partido Verde, hizo lo mismo. Las cosas marchaban como reloj. Todos los días, las señales eran abrumadoras. En el calendario, una mano poderosa marcó una fecha con tinta roja: lunes 20 de enero.
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Varias cosas empezaron a irritarle al exgobernador Gali.
Una: que el tema de la reforma para la reelección soft nunca cuajó. Dos: que Marko Cortés no lo apoyó en ninguna de sus opciones. Tres: que en el ambiente circulaba la versión de que el interinato sería ocupado por un integrante de Morena. Cuatro: que Javier Pacheco estaba moviéndose mucho.
Sobre el último punto, Gali se enteró de los encuentros de Javier con personajes nacionales, incluida la esposa del presidente. Eso le hizo voltear a ver a don Guillermo Pacheco Pulido, quien había permanecido muy tranquilo. Demasiado. Así lo empezó a comentar con sus operadores.
—Es increíble que Javier Pacheco sea mejor operador político que ustedes. No lo puedo entender. Él es constructor, financiero, pero no político. Nos está comiendo el mandado.
Los operadores callaban y asentían. Tampoco entendían la jugada. Uno de éstos le preguntó a Gali por la secretaria de Gobernación.
—Me sigue dando largas. Creo que mis propuestas no jalaron. César Yáñez está absolutamente inhabilitado. Ya no tiene la cercanía que yo creí que tenía. Scherer ya no contesta mis WhatsApps —respondió.
Ante ese escenario, optó por convocar a varios políticos poblanos a un desayuno en el Grand Fiesta Americana el domingo 19 de enero. A la cita llegaron todos: la senadora
Nadia Navarro; los dirigentes estatales del Partido Acción Nacional (PAN), Genoveva Huerta; de Compromiso por Puebla (CPP), Laura Escobar; de Movimiento Ciudadano (MC), Fernando Morales; de Pacto Social de Integración (PSI), Carlos Navarro; los perredistas Carlos Martínez y Vladimir Luna; los panistas Jesús Giles, Maximiliano Cortázar y Marcelo García Almaguer; y del Partido Nueva Alianza (Panal), Gerardo Islas.
En la reunión privada trazaron la ruta crítica. Hacia fuera, ante la prensa, la versión fue en el sentido de que la reunión era con el objetivo de construir una agenda de unidad a favor del estado. Dijo que no lo movían intereses personales, pues su máximo interés era servir a los poblanos, por lo que hizo un llamado a la reconciliación política y social.
Finalmente dejó en claro que ante el siniestro en el que perdieron la vida la gobernadora y el senador “era necesario esperar un tiempo prudente para las pláticas partidistas”.
Y añadió que los partidos que reclaman atención o ser incluidos en las coaliciones “también deben abrir las puertas a perfiles ciudadanos”.
Gali tenía un plan: comprar los votos del mayor número posible de diputados para lograr que el diputado local Gerardo Islas Maldonado se convirtiera en el gobernador interino de Puebla.
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Marko Cortés salió pesimista del antiguo Palacio de Covián. Ahí se había entrevistado con la secretaria de Gobernación. ¿Tema? Gubernatura interina de Puebla. Así se lo comentó a Santiago Creel vía telefónica.
—Sánchez Cordero dice que desde el principio nos pidió una terna, Santi. ¿Verdad que no es cierto?
—Miente la ministra, presidente. Es claro que miente. Nos dijo que el nombre que el partido decidiera sería el bueno. Tú mismo, presidente, le planteaste el nombre de Chucho Rodríguez Almeida.
—Exacto. La sentí rara. Algo sabe que nosotros no. Estos de Morena son capaces de todo para quitarnos la gubernatura. Y para acabarla de chingar, Tony Gali está mosqueando el mole poblano.
En Puebla, mientras tanto, un hombre de traje negro pasaba el reporte de varias conversaciones telefónicas interceptadas a un superior cercano al partido Morena. Ahí se leía que “gente de Tony Gali” se había acercado a operar con varios diputados para que en la sesión para elegir gobernador interino votaran por Gerardo Islas Maldonado. El reporte incluía algunos montos en efectivo ofrecidos a los legisladores.
También reportaba que a la casa en Atlixco del diputado petista José Juan Espinosa había llegado un hombre a bordo de una camioneta oscura y le había entregado al “susodicho” una maleta “presuntamente cargada de billetes”.
Según las cuentas de los “galicistas”, éstos ya tenían los votos necesarios para lograr que el diputado Islas Maldonado se convirtiera en el interino.
Otro reporte citaba a Tony Gali (TG) hablando con “persona no identificada” (PNI) acerca de que el “único escollo” está en la Comisión de Gobernacion del Congreso del Estado de Puebla, donde se definirá qué nombres de los propuestos pasarán al pleno para que los diputados elijan al gobernador de seis meses.
TG: ¿Quiénes están en la Comisión, bro?
PNI: la presidenta es Vianey García, de Morena. El secretario es nuestro: José Juan Espinosa Torres. Vocales: Javier Casique Zárate, nuestro; Mónica Lara Chávez, Morena; Tonantzin Fernández Díaz, Morena; Juan Pablo Kuri Carballo, nuestro, y Marcelo García Almaguer, nuestro.
TG: ¿Tenemos a cuatro de siete? ¿Seguro, hermanito?
PNI: Hasta donde yo sé, sí. Con eso podemos meter a Gerry Islas al pleno. Y ya ahí tenemos los votos suficientes para volverlo el Mirrey de Puebla. (Risas).
—¿Seguro que tenemos amarrado a Kuri?
—Seguro, gobernador.
—Me dijeron que lo vieron hablando con Javier Pacheco. No nos vaya a jugar chueco.
Te pido, hermanito, que lo cheques muy bien. No nos vayan a dar una sorpresa estos hijitos de la chingada.
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Nuevos reportes de Inteligencia llegaron al escritorio de un operador cercano a Morena.
Ahí se leía que Pedro Haces, líder sindical y senador suplente, le pidió a José Juan Espinosa, vía celular, que votara por Gerardo Islas en aras de que éste quedara como gobernador interino.
El diálogo fue así:
—Mi José Juan, te encargo mucho a Gerry…
—¿Para qué, mi Pedro?
—Para que votes por él y sea el interino.
—Uy, mi Pedro, estás mal porque yo propuse que el interino no sea diputado local.
—¡Hazlo por tu brother!
—Disculpa, mi Pedro, pero está en chino. ¡Ya será para la otra!
Al WhatsApp de Espinosa también llegó un mensaje de Jesús Rodríguez Almeida:
“Apreciable diputado, buenos días, apelo a su sensibilidad para contar con su voto en el proceso legislativo que se avecina relacionado con la elección, en el máximo pleno del Congreso del Estado, del gobernador interino del estado libre y soberano de Puebla. Sin más por el momento, quedo a sus órdenes LICENCIADO JESÚS RODRÍGUEZ ALMEIDA”.
El diputado Espinosa dejó en visto el mensaje del encargado de despacho del gobierno estatal.
El informante agregó en otras tarjetas ejecutivas algunas posiciones solicitadas por diversos diputados a cambio de votos.
Uno de ellos pidió contratos en la Secretaría de Medio Ambiente. Una diputada se decantó por la rectoría de una universidad para su novio. Legisladores de Tehuacán optaron por algunas plazas para sus hermanos en la Secretaría de Finanzas. Emilio Maurer planteó un cambio de uso de suelo en sus tierras de Tamariz.
Operadores del gobernador Gali se entrevistaron personalmente con los diputados que podrían darle la mayoría a su propuesta. Las maletas cargadas de dinero iban y venían.
La mañana del sábado 18 de enero, un columnista poblano publicó en redes —y con faltas de ortografía— que ya había luz verde para que don Guillermo Pacheco Pulido se convirtiera en el gobernador interino. Sin revelar su fuente, dijo que el visto bueno alcanzaba Palacio Nacional. Ese mismo día, en el periódico El Financiero, otro columnista dejó entrever que Gerardo Islas Maldonado tenía el interinato en las manos y que varias fuerzas lo apoyaban.
Una versión recorrió Puebla: en cualquier momento sería convocada la Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales para que avalara o vetara las opciones propuestas.
A la par de esto, circuló un rumor: Rodríguez Almeida no tiene manera de certificar los cinco años de residencia en tierras poblanas, lo que impediría su pase al Pleno del Congreso.
Nadie durmió la noche del domingo 19, antesala de la sesión en la que sería elegido el gobernador interino.

