Javier López Zavala conoció a Ceci Monzón en 2016, y desde entonces inició una relación pública de la que fuimos testigos muchos.
Desde mi perspectiva, la suya era una relación normal entre dos personalidades inteligentes y metidas en el tesón cotidiano.
¿Los vi discutir?
No.
¿Los vi levantarse la voz?
Tampoco.
De hecho, Javier siempre se mostró ante sus amigos como un hombre generoso, conversador y afectuoso.
Cuando mataron a Ceci, hace tres años, empezaron a circular las versiones más descabelladas.
Y una de ésas tuvo que ver con Javier.
Vi con escepticismo el rumor de que todo apuntaba a él como autor intelectual.
De buena fuente sabía que era una buena expareja de la mamá de su hijo: cumplía ampliamente con sus obligaciones en el tema de pensiones y era generoso.
Ochenta mil pesos mensuales recibía Ceci sin ningún retraso.
Y eso incluía la renta —que pagaba directamente Javier— y la colegiatura de su hijo.
A esto hay que sumarle una camioneta que Javier le regaló.
Y más: él pagó los gastos del hospital en el que nació su hijo y convivió con él.
También cubrió los gastos de vacaciones de ambos.
Por ejemplo: a España y otros destinos.
En ese contexto, y de manera intempestiva, Ceci demandó un incremento de pensión.
(Esto ocurrió en junio de 2021).
Casi un año después —hasta antes de su ejecución en mayo de 2022—, Ceci no acudió a ratificar esa demanda.
Una vez que fue aprehendido —por supuesta violencia familiar—, trascendió que su ingreso al Cereso tenía que ver con el asesinato intelectual de su expareja.
Me negué a creerlo.
Incluso hoy, tres años después, sigo convencido de que Javier no pudo haber ordenado ese cobarde asesinato.
No le veo esos genes.
No le veo el talante.
La carpeta de investigación es rica en contradicciones.
Helena Monzón, por ejemplo —hermana de Ceci—, declaró que la relación entre ambos inició en 2012, y que desde entonces había señales de violencia intrafamiliar.
La inconsistencia es notable:
Javier no pudo haber agredido a Ceci cuatro años antes de conocerla.
Hay testigos de parte de la familia Monzón que han declarado que ambos se conocieron hasta 2016.
La duda mata:
¿Quién está o estuvo detrás de la aprehensión de Javier?
Una grabación —que al parecer será difundida en estos días— revela que hubo una conspiración en su contra —con tintes notablemente políticos— detrás de esta trama.
En dicha grabación al parecer se habla de extorsión y chantaje.
Su difusión, faltaba más, será reveladora.
El abogado de Ceci, Roberto Reyes, declaró que él interpuso, a petición de ella, una demanda por incremento de pensión y no una denuncia por violencia familiar.
¿Qué poderosa mano convirtió dicha demanda en
denuncia?
Además, tanto el abogado citado como los testigos presentados, jamás vieron ni dijeron que Javier la hubiese agredido ni física, ni verbal, ni económica, ni psicológicamente.
Por eso no hubo denuncias por esos delitos, y tampoco certificados médicos por golpes.
El propio abogado Reyes reveló que, en su momento, Ceci recibió amenazas de muerte de un ‘político reconocido’ y de un ‘empresario de los medios de comunicación’, con quienes tenía controversias judiciales, conocidas por la opinión pública.
En estos días está por dictarse la sentencia relacionada con un caso sembrado.
Los testimonios de las partes han desvanecido las pruebas aparentemente contundentes.
Luego continuará el caso de un feminicidio que evidentemente sí existió, pero que no fue maquinado intelectualmente por nuestro personaje.
Varias plumas han expuesto sus legítimas dudas acerca de la autoría intelectual de Javier en aquel terrible crimen ocurrido el sábado 21 de mayo de 2022.
En diversos espacios —incluso radiofónicos— yo he expresado las mismas dudas.
No le veo el talante, no le veo, tampoco, la mala entraña que se necesita para que alguien ordene eliminar a la mamá de su hijo.
La grabación que viene parece que dará señales contundentes.
El propio López Zavala ha dicho que él es el principal interesado en llegar hasta el final de esta trama, en aras que haya justicia para Ceci Monzón.
En ese sentido, interpondrá una denuncia para que se conozca la identidad de los verdaderos asesinos, y que, en consecuencia, éstos sean castigados.
Corren las horas.
Corren los minutos.
Tic tac, tica tac, tic tac…
La versión de Javier López Zavala. Tuve acceso a algunos escritos de quien desde el 7 de junio de 2022 fue detenido por agentes ministeriales de la Fiscalía General del estado.
Se transcriben textualmente.
“La verdad no se Twittea se demuestra”.
“No hay justicia sin pruebas”.
“Pido justicia, no circo. Pido verdad, no venganza”.
“A mí no me están juzgando por lo que hice, porque no hice nada, Sino por lo que dicen que hice, y que nadie ha podido comprobar, porque soy inocente”.
“El juicio que pretenden llevar a cabo, no es un proceso de justicia, sino un espectáculo fabricado para mantener la narrativa mediática, pero sin ninguna prueba. Los testigos falsos no han podido sostener y comprobar ninguna prueba. Todo es falso. La Fiscalía y ellos armaron y fabricaron el delito”.
“Pretendían ganar los juicios mediáticamente, al margen de la ley y de la justicia”.
“No más montajes políticos con intereses económicos. No más mentiras ni extorsiones”.