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viernes, noviembre 22, 2024

Adán Augusto Subió a Armenta al Penthouse de la Sucesión

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Una llamada de Adán Augusto López a Alejandro Armenta reinventó el escenario poblano de la sucesión.

Cuando se creía que el senador ya estaba fuera de la contienda por la candidatura de Morena a la gubernatura, vino la llamada de resurrección.

Es evidente, faltaba más, que Armenta dijo que sí iría al foro sobre la Reforma Electoral a realizarse en el Centro de Convenciones.

Y lo hizo metido como estaba en el mar de la incertidumbre.

¿La razón?

Que sabía perfectamente que el foro encabezado por el secretario de Gobernación tenía como único invitado en el estrado al diputado Ignacio Mier Velazco, su incómodo primo hermano y aspirante visible a Casa Aguayo.

Mucho se ha hablado de que el senador no tiene los astros a su favor.

(Que tiritan azules a lo lejos)

Sus críticos argumentan varios puntos:

Que a Ricardo Monreal —su mentor— ya no lo quieren en Palacio Nacional, y que al no quererlo ya no lo invitan a desayunar tamales de chipilín, y que la suerte de éste ha venido arrastrando al senador Armenta.

Cosa curiosa: el senador Guadiana, a quien el presidente López Obrador desdeñó públicamente en un acto realizado en Coahuila, en julio de 2022, ganó la encuesta de Morena y será el candidato por dicho estado.

El rumor popular decía que la verdadera encuesta habita en el corazón del inquilino de Palacio Nacional.

Ya se vio que no es así.

Y eso mete a Armenta en el juego de la sucesión, en el que ya están dentro el propio diputado Mier y  Julio Huerta —secretario de Gobernación.

Quién iba a decir que sería el propio Adán Augusto el que lo subiría.

Una fiesta para uno siempre es buena.

Una fiesta para dos, pierde el encanto para uno, pero le da oxígeno al otro.

Eso fue lo que vimos el viernes en el Centro de Convenciones.

Armenta y Mier son primos, sí, pero primos enemigos.

Y aunque ahora han entrado a la supuesta ruta de la unidad, lo cierto es que hay agravios que no se perdonan.

Por uno de esos agravios, el diputado Mier denunció al senador Armenta.

A partir de entonces, ambos han afilado cuchillos y se los han lanzado al estómago y a la cabeza.

Una reunión privada propiciada también por el secretario de Gobernación pudo influir en la civilidad, pero no cura los dolores del alma.

Lo que viene será brutal.

Y le mete a la sucesión poblana el elemento cardiaco.

Saquen las palomitas y los churrumais.

Alfred Hitchcock es el autor de esta película.

Nota Bene 1. En una comida con reporteros, columnistas y directores de medios, el senador Armenta dijo que la versión de que sólo son dos los aspirantes a la candidatura de Morena nació en el seno de los que ejercitan el nado sincronizado por órdenes de uno de los aspirantes apellidado como él.

Y dijo más:

“Cuando me quejé de los golpes que durante años me dio su periódico, sólo me respondió: ‘son negocios’.”

Nota Bene 2. Este lunes, en Palacio Nacional, el presidente López Obrador dijo enfático que nadie puede usar su nombre en las contiendas internas de Morena.

En otras palabras: no apadrina a nadie.

Nota Bene 3. Por un error, el quintacolumnista dijo que Erick Cotoñeto se había incorporado al equipo del diputado Mier.

No fue así.

En realidad trabaja ahora bajo las órdenes del senador Armenta.

Da lo mismo.

Cotoñeto fue reivindicado socialmente durante años por el gobernador Barbosa.

Ahora que ha cruzado la línea fronteriza de la amistad, entró en desdoro.

Ahora entiende uno el nombre de su antro clausurado en Zacatlán: La Imprudencia.

Es el signo de los tiempos, sí, pero es el estigma de nuestro personaje, quien se jacta de manejar a cientos de operadores, ya desempleados y sin presupuesto.

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