16.2 C
Puebla
viernes, octubre 10, 2025

¿Y la remodelación del Paseo Bravo?

Más leídas

Han pasado algunos meses, desde que el ayuntamiento de Puebla, informo que el Paseo Bravo pasaba a manos del gobierno local, al mismo tiempo el gobernador, asumía que rescatarían dicho parque público y emblemático de esta ciudad.

Sin embargo, hasta el momento, no se conoce aún el proyecto ejecutivo para el inicio de su rescate y lo que se piensa hacer con este importante pulmón verde, tan necesario y que los poblanos le debemos mucho. Porque aparte de ser una pequeña reserva que oxigena a la capital y que no ha sido devorada por la gentrificación, también tiene todo un archivo de microhistorias urbanas de años, de todos los habitantes que lo han habitado y que es parte del patrimonio social.

Cabe recordar, el sin número de modificaciones y obras inventadas para sacar recursos públicos, llevadas a cabo en el Paseo Bravo. Solo fueron remiendos, pusieron guarniciones y pintaron sus bancas, instalaron unos pequeños locales comerciales que nadie ocupo, por caros. Los ambulantes de las organizaciones: Doroteo Arango y la 28 de octubre, pasaron a ocupar todos sus corredores, desde la 11 poniente hasta la avenida reforma.

Nunca pensaron en una supervisión de biólogos a los árboles, que hoy lucen descuidados y por las lluvias han vuelto a revivir algunos, crearon jardineras, que están destruidas y no hay una valoración ambiental para su sustentabilidad.

La gente que vive en los barrios cercanos lleva a sus mascotas a pasear y usan sus grandes jardineras para sus necesidades y ahí las dejan. La basura dejada por los consumidores de tacos, ahí se queda y el agua de la fuente que en donde comienza la avenida Juárez, es consumida para lavar utensilios y otros de los vendedores.

La zona del Kiosco es desperdiciada y usada para ferias populares o en su caso, para competencias de futbol rápido. Salvo los sábados y domingos cuando llegan algunas familias o los bicicleteros con sus perros.

Entre semana ocupan el Paseo Bravo, los jóvenes escolapios que asisten a clases en algunos de los bachilleratos cercanos, cada una de sus áreas es parte de ellos. Ahí hacen ocio, fuman, se reúnen para convivir y chacotear. Llegada la hora se van y de nuevo queda vacío.

 

Algunas veces pasean por ahí, motociclistas de seguridad municipal en busca de hampones o para detener “sospechosos” juveniles a los que les piden su identificación.

También llegan pequeños grupos de cristianos u otra iglesia protestante con su bocina, para rezar versículos de su biblia y captar incautos. El curandero rumano, ha dejado las bancas del parque.

Hace algunas semanas, se instaló en una casona remodelada en la 13 sur y la avenida Juárez, una galería cultural y a los pocos días se fue. Ante la presencia de ambulantes que ahora instalan carpas de color sobre todo este corredor, los sábados y domingos. Nadie sabe porque el ayuntamiento, tuvo l ocurrencia de permitir que ocuparan todo este corredor que fue peatonal y con arboles apenas creciendo a los que ahora, los usan para amarrar sus lonas.

Lo mismo sucede con una oficina recaudadora del municipio, que nada tiene que hacer ahí. La ciclopista que corre de la 11 poniente hasta la reforma, siempre es invadida por los vehículos.

Por la tarde noche se termina la actividad y se convierte en zona peligrosa, por los constantes asaltos y violencia hacía los transeúntes que trabajan en los comercios de la Juárez y tienen que cruzar el Paseo, para poder tomar la Ruta 2. Y porque el alumbrado público es muy limitado y deficiente.

Por eso la pregunta sigue siendo: ¿cuándo empezara el rescate de este pulmón verde? Por decirlo así, casi de los pocos que quedan en esta ciudad del concreto y baches.

Uno cree, que el rescate del Paseo Bravo debe ser a fondo e integral, retomando los mejores proyectos para hacerlo sustentable, con grandes espacios para la cultura y el esparcimiento y para la difusión de la ciencia, para volver a ser un referente de las familias poblanas.

Es más, este espacio y el gallito del paseo, reúne las condiciones urbanas que lo intercomunican con varios barrios cercanos y otras zonas del centro histórico. Lo mejor posible, es regresarle a este hábitat natural lo que le corresponde, por seguir dándole a la ciudad un respiro ante la gran cantidad de vehículos y transporte público que día a día, la contaminan y ahogan sus calles.

Notas relacionadas

Últimas noticias