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viernes, octubre 4, 2024

Tercer informe en la BUAP

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Tres eventos muy importantes, dos de ellos encabezados por mujeres, son los que se han dado en el país y uno se llevará a cabo en esta ciudad: la rectora de la máxima casa de estudios (BUAP), María Lilia Cedillo Ramírez, rendirá su tercer informe ante el Consejo Universitario y los estudiantes, maestros y trabajadores.

Empezaría diciendo aquí, que la representante
de los universitarios, sin protagonismo político alguno, ha encabezado por tres años a la universidad pública en el estado con una enorme voluntad de
trabajo, para hacer posible la formación de miles de
estudiantes mujeres y hombres.

Sobre todo, en estos tiempos en donde, con una enorme voluntad y humanismo necesario, ha logrado una gobernanza en beneficio de todas y todos los estudiantes, dándole espacio a las mujeres universitarias y al mismo tiempo ayudando a los maestros y trabajadores.

Con interlocución y respeto a la autonomía, ha dialogado con el gobierno en turno y bajo esas condiciones logró que se llevará a cabo la construcción de CU 2, un acierto social que fortalece la educación en el estado. Porque sin el apoyo económico oficial, difícilmente se hubiesen construido las nuevas instalaciones y laboratorios que alberga este nuevo espacio de los universitarios, que apenas ha iniciado su proceso de consolidación.

Por supuesto que es un acierto y una prioridad,
porque invertir en la educación y la formación de
los jóvenes, ayuda a construirles un futuro ante la
sociedad.

Sin duda alguna que la rectora, una investigadora
y docente, sabe muy bien lo que significa la universidad pública y los retos que enfrentan hoy las instituciones de educación superior en el país.

Con plena autonomía y libertades garantizadas,
esta universidad goza de una salud institucional y
sigue trabajando para el beneficio común, les da cobijo a miles y miles de jóvenes universitarios, que año con año ingresan a esta casa de estudios.

No debe haber duda alguna, la universidad,
está en buenas manos y con una gran disposición
humana y solidaria en favor de la educación superior en Puebla.

Por otro lado, y después de un periodo de cuatro
meses, la regla fundamental y los símbolos políticos
del relevo presidencial en este país, que se dan cada
seis años, se cumplieron. Por así decirlo, este proceso medio largo, llego a su etapa final y la presidenta, Claudia Sheinbaum, rindió protesta y le fue puesta la banda presidencial.

Todo en el marco de la nueva clase política mexicana del partido gobernante, que fue convocada para celebrar la unción de quien será la representante legal del Estado mexicano.

Por supuesto, cada toma de posesión tiene sus propias características y rituales, esta llamó la atención porque en la historia política nacional, por primera vez, una mujer asume el poder. Con el ingrediente de que su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, le deja una gran tarea, como será, consolidar sus reformas y dar paso a lo que ellos, llaman el segundo piso.

Las frases y actos de sus primeros días apenas empiezan a delinear el comienzo de su administración y los tres primeros meses son fundamentales, para
saber hacía donde vamos y cuáles serán las políticas
púbicas que impulsarán.

Por ejemplo, una primera, en donde puso acento
tiene que ver, con lo que definió: que son tiempos
de la transformación y de las mujeres. Dijo que su
ascenso al cargo no es un logro individual, sino el
resultado de la lucha de millones de mujeres mexicanas”.

Es claro que este gobierno apenas empieza y sus
100 puntos, que ha presentado públicamente, siguen siendo buenas propuestas. Ahora esperemos que, por el bien de todos, se cumplan. “Tengan la
certeza de que pondré mi conocimiento, mi fuerza,
mi historia y mi vida misma al servicio del pueblo y la patria”, dijo.

Y el tercer evento, fue la conmemoración sobre el
2 de octubre de 1968, en donde reconocen al movimiento estudiantil y la responsabilidad del Estado en la masacre, incluyendo una disculpa pública a
las víctimas y sus familias y el compromiso a no repetir estos actos.

Es la primera vez que una administración emite
un decreto para saldar una deuda histórica con el
movimiento estudiantil del 68, que fue un parteaguas para la vida política del país y abrió las puertas para sus transformaciones democráticas.

56 años de la insurgencia de miles de jóvenes universitarios que salieron a las calles a protestar en defensa de la universidad púbica y por sus libertades públicas. Mismos que fueron reprimidos violentamente, desaparecidos y otros muchos muertos, por el Batallón Olimpia en la Plaza de la Tres Culturas de Tlatelolco.

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