Los nuevos presidentes municipales han asumido sus cargos en 213 de los 217 ayuntamientos locales que existen en el estado, y en cuatro de ellos funcionarán Concejos Municipales hasta marzo del 2025, cuando se lleven a cabo sus elecciones extraordinarias, así lo votó el Congreso local, debido a las decisiones del Tribunal Estatal Electoral.
Siendo así las cosas, Morena junto con sus aliados electorales tendrá 52 ayuntamientos; PVEM 29; PT 26; Nueva Alianza 13 y Fuerza por México 11. Mientras que la oposición: PRI 32; PAN 16; PRD (sin registro) 12; MC 10; PSI 10 y dos independientes.
De norte a sur, la presencia de Morena modificó la
estructura territorial y junto con las otras organizaciones políticas que son sus aliados empezarán a gobernar las diferentes regiones locales. Aunque es difícil
saberlo, quién sabe en qué estado dejaron a cada una
de las administraciones municipales, porque las actas
de entrega y recepción solo se convierten en mero trámite burocrático y de complicidades.
Aquello de que necesitan un año para aprender
debe quedar atrás, tienen que empezar a trabajar
cuanto antes, sus cabildos deben cumplir lo prometido en campaña y las exigencias en sus comunidades deben ser bastantes.
También se ha dicho que hay ediles caracterizados como millennials y generación Z que gobernarán Cohuecan, Epatlán, Quecholac, San Antonio Cañada y San Pablo Anicano. Veremos cómo gobernaran estos jóvenes que tienen entre 24 y 29 años.
Otros de mayor tamaño e importancia como Atlixco, Zacatlán, Teziutlán e Izúcar de Matamoros serán encabezados por mujeres, en dos de ellos,
sus alcaldesas fueron reelectas. Los tres primeros
son pueblos mágicos y con nichos turísticos interesantes; sin embargo, los cuatro tienen impactos de inseguridad que han crecido en los últimos
años y otros cuentan con problemas de movilidad
y servicios públicos.
A pesar de que la cobertura mediática y de aire se
concentró en la capital poblana con la llegada del
nuevo alcalde, José Chedraui Budib, me quisiera referir a algunos de los ayuntamientos con alta población indígena, que también estrenan autoridades.
Unos están ubicados en la sierra norte y nororiental, otros en la sierra negra y la mixteca poblana, todos con el mismo síntoma estructural de siempre:
marginación social y pobreza extrema en algunos
casos; sin embargo, sus costumbres y tradiciones al
igual que sus lenguas originarias siguen presentes.
Con la aprobación por parte de la pasada legislatura de la Ley sobre Derechos para los Pueblos Indígenas, es obvio que son una prioridad para el ejercicio de las políticas públicas del próximo gobierno.
Además, estos pueblos no tienen oportunidad de
crecer y desarrollarse como comunidades a diferencia
de otros que están ubicados en la zona conurbada de
la ciudad de Puebla. La mayoría de estas administraciones dependen de las participaciones oficiales, sus haciendas públicas no recaudan nada, solo cobran el
impuesto predial y otros pequeños servicios.
Por ejemplo, de estos municipios con población
indígena, sólo hay unas ocho mujeres presidentas,
los demás son hombres, en sus cabildos sucede lo
mismo. Lo que demuestra un machismo cultural y
la discriminación de siempre hacía las mujeres.
En más de 50 municipios indígenas que están ubicados en diferentes distritos de la sierra norte, la mixteca y la región de la sierra negra, empezaron a gobernar
diferentes autoridades de todos los partidos políticos
y veremos cómo lo hacen. Con la acotación de que
esto no significó una alternancia política.
Otro fenómeno interesante es aquel en donde el
PRI perdió uno de sus principales bastiones, como
Zacatlán. Antorcha Campesina mantiene Huitzilan
de Serdán y Olintla, dos ayuntamientos simbólicos
para esta organización e importantes para sus negocios que ahí mantienen.
Cuetzalan, una cabecera importante turísticamente, con presencia de la cooperativa Tosepan y varias organizaciones sociales de mujeres, ahora
pasó a manos del PVEM, que nunca ha tenido trabajo en zonas con población indígena. Tetela de Ocampo, Yaonahuac, Ahuazotepec, Francisco Z.
Mena y Amixtlan serán para el PRD.
Hermenegildo Galeana y Tlaola, municipios muy
alejados, los tendrá el PAN y otros más pequeños de
la sierra los administrará el PRI.
Si hubo un partido que se benefició después de Morena, tanto en la sierra norte como en la mixteca, fue el PVEM.
O sea, en términos muy simples, las regiones con
pueblos originarios estarán gobernadas por ediles
multipartidistas y por pocas mujeres. En donde la diferenciación de proyectos públicos no es de fondo.
Los problemas sociales, económicos y políticos
que enfrentan estos municipios con población altamente indígena, ahí siguen y se suma a estos la presencia de la inseguridad.
Conclusión: Los pueblos originarios no requieren
que les sigan diciendo que con ellos hay una deuda
histórica. Tampoco necesitan para su desarrollo las
fórmulas de siempre y un asistencialismo social que
siempre se ha practicado.
El primer piso no está concluido y el segundo de la 4T aún no llega a estas regiones.