El turismo es una fuente inagotable de recursos económicos para los estados y sus prestadores de servicios. La derrama que dejan beneficia a diferentes sectores y, en los denominados Pueblos Mágicos, apoyan la microeconomía familiar y los pequeños negocios. Eso es innegable. Sin embargo, los gobiernos locales están obligados no solo a impulsarlo, sino también a hacerlo sostenible y regular su propia actividad.
Es decir, deben implementar políticas públicas para su planificación, desarrollo, impulso, fomento y profesionalización de tan importante función como es el sector turismo, involucrando a la iniciativa privada para que también asuma responsabilidades y sumando a las universidades que forman profesionales en ese ramo.
La pasada participación del gobernador del estado al Tianguis Turístico en Baja California es importante, porque abona a la promoción del estado que gobierna. Además, estos espacios nacionales sirven para generar inversiones y ofertar lo que producen los sectores económicos.
Hay entidades con playas y otras que no las tienen, pero con un alto potencial para el impulso turístico que les puede generar una amplia cartera para el desarrollo regional.
Puebla debe empezar a dejar de depender solo de la industria automotriz y sus manufactureras; tiene que impulsar y diversificar a otros sectores económicos y repensar su futuro ante contextos externos como los aranceles (EU) y el daño económico que provocan.
Significa no solo conformarse con el turismo de ocasión o de temporada, tienen que impulsarlo para todos los días. Y esto supone contar con la capacidad e iniciativas públicas para generarlo.
Existen hasta ahora 12 Pueblos Mágicos de los 217 municipios que tenemos, los más conocidos: Atlixco, Cholula, Cuetzalan y Zacatlán, entre otros. De estos Pueblos Mágicos, asentados en sus cabeceras municipales, podríamos decir que solo unos cuantos cuentan con la infraestructura y capacidad necesaria para absorber una buena demanda turística.
La mayoría son gobernados por Morena, lo que debería permitir una mejor coordinación. Lo mismo que sus cabildos, quienes deben garantizar que las regidurías de turismo funcionen. Porque hay ediles municipales con poco interés sobre estos temas para impulsar a sus regiones, que además les pueden aportar ingresos a sus haciendas municipales.
Cuetzalan, últimamente denominado con un premio en el Tianguis Turístico, es un ayuntamiento con una población mayoritaria de indígenas, tanto nahuas como totonacos. Con situaciones de pobreza y marginación, cuenta con una sola vía de comunicación, que va de Zacapoaxtla hacia este pueblo serrano.
Solo una organización de mujeres impulsa el ecoturismo y el respeto al medio ambiente. Es decir, falta mucho trabajo para que no se convierta en un pueblo vulnerable en un corto plazo por la gran afluencia que tiene.
En comparación con Atlixco y Zacatlán, que cuentan con una buena infraestructura y condiciones de servicios. Estos dos ayuntamientos, gobernados por Morena y que tienen reconocimientos como Pueblos Mágicos, deben ser los primeros en impulsar estrategias para cuidar sus entornos naturales, su riqueza religiosa, la movilidad social y hacerle frente a la inseguridad.
Otro caso aparte es el de San Pedro Cholula, un pueblo conurbado de la ciudad, en donde en los últimos años su demanda turística se incrementó en los fines de semana. Ayer lo visitaban por sus tradiciones religiosas, hoy lo hacen por su oferta de espectáculos musicales y otros eventos que promocionan. Actualmente muestra caos vehicular, incremento de la delincuencia juvenil, crecimiento urbano desordenado, ambulantaje y abusos en restaurantes.
Comparado con Pahuatlán, que tiene afluencia durante sus festividades y por la tradición del papel amate. A esta cabecera municipal llega turismo de la CDMX por la música y los huapangos, en donde el gran consumo de aguardiente y cerveza rebasa a las propias autoridades.
Lo anterior solo por mostrar algunos temas en los Pueblos Mágicos.
La capital poblana se cocina aparte, es Patrimonio Histórico, su oferta es muy amplia en todos los aspectos: se llevan a cabo todo tipo de convenciones, conferencias y congresos.
Ha dejado de ser zona de paso y, en diferentes momentos, llegan turistas nacionales y extranjeros. Sus visitantes para los temas religiosos han consolidado su presencia en los días de la Semana Santa. La Feria de Puebla es otro atractivo social por la promoción de conciertos musicales que atrae a grupos juveniles de otros estados y demás cosas que ofrece.
Por supuesto que hay más datos sobre la ciudad. Me detendré para comentar que el ambulantaje ha rebasado a las autoridades municipales. Este daña el perímetro del Centro Histórico, afecta la movilidad urbana de ciudadanos y turistas. Otro tema tiene que ver con la delincuencia y la inseguridad en las calles céntricas, que pone en riesgo a cualquier ciudadano y es necesaria más vigilancia.
Finalmente diremos que la oferta cultural en Puebla y la ciudad es regular, requiere de más apoyo e inversión. Hasta ahora solo tenemos en el estado 91 museos con diferentes temáticas. Atlixco cuenta con dos; Cuetzalan, solo tiene uno; Huejotzingo promueve al Ex Convento de San Miguel Arcángel; San Pedro Cholula tiene dos; Tetela de Ocampo, tres; y Zacatlán cuenta con cinco pequeños museos.
La ciudad de Puebla actualmente tiene 38 museos y ninguno sobre la Ciencia y la Tecnología, tan necesarios y fundamentales para fomentar el amor por la ciencia.
Hay registradas en Puebla 120 Casas de Cultura y Centros Culturales. Atlixco registra una casa; Cuetzalan, una; San Pedro Cholula, una; Tetela de Ocampo tiene dos; Zacatlán, una; Xicotepec también; y la ciudad de Puebla tiene 19 casas.
Conclusión: El sector turismo en Puebla requiere de mucho trabajo y planificación pública para que se convierta en un activo del desarrollo regional, además de requerir de mucha inversión y de la participación de todos los sectores que influyen en el turismo.