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lunes, septiembre 16, 2024

Democracia y mayorías

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Para estos días, la Reforma Judicial ha sido aprobada por la mayoría calificada de los diputados del bloque oficial, tanto en particular, como en lo general, representó una de las muchas confrontaciones políticas que se darán durante los tres años que vienen, entre el oficialismo y sus opositores.

Como lo anunciaron al final del sexenio, sacaron adelante su Reforma Judicial, ahora pasara al senado de la República, para su análisis y aprobación, que al igual que sus pares tendrán mayoría con algunos votos de opositores. Como es una reforma constitucional, también deberá pasar y ser aprobada por las dos terceras partes de los 32 estados y finalmente la publicada en el Diario Oficial de la Federación.

La votación así lo muestra: 359 votos a favor, cero
abstenciones y 135 votos en contra. En el Senado también dicen que para el miércoles después de la segunda lectura pasará con mayoría calificada:128 escaños
lograran después de sus acuerdos cupulares.

¿Que vendrá? Bajo una combinación entre el poder legal y la democracia establecida, esta primera batalla, la ganaron al imponer su mayoría calificada en el Congreso de la Unión. La implementación de todo el proceso legal significa la renovación del Poder Judicial y la elección popular de juzgadores y ministros mediante la votación. Todo este entramado y de procedimiento, no será de la noche a la mañana, llevará sus tiempos para su implementación, se habla hasta 2025.

Puesto que significó la primera confrontación
política de las mayorías con los grupos opositores,
no necesariamente con el bloque del PAN o del PRI.
Sino con una variante social que se ha movilizado
para protestar contra las políticas del régimen que
esta por salir.

Lo que marca un inició muy politizado para la
presidenta electa que asumirá el poder en octubre.
Lleno de posturas encontradas tanto en la política
interior como con sectores del exterior, que no ven
con buenos ojos esta reforma y otras.

Este país no es perfecto, aún tiene muchos factores desfavorables que detienen su desarrollo nacional, por más que se siga diciendo que viene un proceso de consolidación de la transformación para el llamado segundo piso, lo cierto es, en lo económico las cosas pueden descomponerse y, permítanme decirlo, nadie en la cuatroté, tiene una varita mágica para las turbulencias financieras y económicas.

Y bueno, la presidenta electa, Claudia Sheinbaum ha definido una de tantas posturas:
“el poder del pueblo”. “Felicito a las diputadas y
diputados por la aprobación de la Reforma al Poder Judicial, juntos con el pueblo, construiremos un México, más próspero, democrático y justo”. Obvio,
lo hace en paralelo con Andrés Manuel López Obrador, para dejar constancia que su gobierno, no se separara de las consignas sobre el pueblo.

Por supuesto que la democracia, no es o representa un título en blanco, es intangible, su fuerza radica en que es un bien público, no está hecha para
sustentar regímenes autoritarios y todos los días
vive procesos para fortalecerse. El poder que emana de ella no implica la exclusión o el aplastamiento del adversario.

El gobierno que entrara en funciones en octubre
próximo, tiene en sus manos una fuerza legal que
debe legitimar sus acciones en beneficio de toda la
sociedad. No hacerlo y usarlo para intereses de grupo o partido, se llevará a traste todo.
Y su modelo de país que piensan instaurar se debilitará más pronto que tarde.

Hoy tienen todo el andamiaje de la estructura de
este país en sus manos, es decir, el poder absoluto
en términos políticos e institucionales. Con la aprobación de la RJ, podrán actuar en consecuencia. Sin embargo, la tentación de la mano dura ahí está, en
Morena y nadie se puede llamarse al sorprendido.

Conclusión: en términos locales, este gobierno también llega con una mayoría completa en todos los frentes: Gubernatura, mayoría calificada en el Congreso, mayoría en los ayuntamientos. Ha nombrado a sus secretarios que asumirán el gobierno en diciembre junto con él y los retos que enfrentaran no son los de ayer.

El poder y la democracia que obtuvieron en las urnas, no les da derecho a pensar que Puebla es de ellos.

Primero están los pobres, los pueblos indios, las
mujeres, los niños, los jóvenes y los ancianos, junto
a esto un Plan Estatal de Desarrollo, que se cumpla
y no sea un tabique oficial y una conciencia política
del proyecto que los hizo ganar.

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