El tema de la cafeticultura en el país y en Puebla, sigue siendo uno de los más investigados por académicos y estudiantes dedicados a los problemas del campo mexicano. Estos han abarcado desde su cosecha hasta su producción, pasando por las experiencias de organizaciones no gubernamentales, que han apoyado a regiones indígenas dedicadas a toda esta cadena productiva, hasta llegar a estudios de biotecnología en búsqueda del mejoramiento de esta planta verde tan importante.
Podría afirmar, que el café, es uno de los temas más amplios de muchos otros de la agricultura. Una de sus principales riquezas es que, su precio se cotiza en los mercados internacionales.
Diré que no soy investigador sobre asuntos del campo, mucho menos del aromático que se produce en varias regiones poblanas, solo escribo unas cuantas líneas porque soy un cafetomano y algunos expendedores me platican sobre la riqueza natural. Y además porque en la ciudad, ahora, existen pocas y buenas cafeterías, por ejemplo: el Wympis dejo de existir, estuvo junto a lo que era el cine puebla, ahí lo atendió un sobrino de dos tías que fueron las primeras en tener una cafetería sobre la avenida reforma y 3 sur. El doctor Gerardo, servía un café americano o expreso muy bueno, que fue una mezcla de dos granos que ellos molían y lo procesaban en una vieja maquina italiana, que siempre me conto son las mejores.
Café Aguirre que estuvo sobre la 5 de mayo y Reforma, también dejo de existir, actualmente hay franquicias y otras pequeñas cafeterías, que ofrecen café. Zaranda, es una de ellas, ha logrado mantenerse, en donde lo expenden y sirven, es un grano que lo traen de una finca de la región veracruzana y otro llamado Aroma, en la 3 poniente, que también venden y lo sirven, es un grano de la región de Xicotepec de Juárez.
En fin, solo es para medio dar un contexto, sobre lo importante que es, su consumo y compra, además para ayudar a los productores de nuestras regiones. Sobre todo, por las declaraciones del gobernador poblano, que, junto a la secretaria de Desarrollo Rural, Ana Laura Altamirano, presentaron el Plan Estratégico en materia agropecuaria y dijo que contempla inversiones en innovación y sustentabilidad de la cafeticultura; modernización y equipamiento del campo; fomento e innovación de la apicultura y desarrollo del sector pecuario y acuícola.
Pienso que deben poner, alguien con experiencia, conocimiento y capacidad para escuchar y atender a los pequeños productores, no servirá de nada la inversión en este rubro, si nombran a un burócrata o un conocido de la secretaria.
Obvio que también los demás grandes productores deben ser escuchados y tomados en cuenta.
Por otra parte, cabe recordar que INMECAFE, en los años 80, s busco ayudar y salvar a miles de cafeteros en el país, si lo hizo en ciertas etapas, les entregaban plantas nuevas, tenían centros de acopio y les ayudaban en el mejoramiento del precio a los indígenas, cuando había ciclos de cosecha malos para ellos. Sin embargo, la corrupción y los abusos de sus funcionarios de aquellos años, terminaron por acabar con este organismo público.
En Puebla, existió hace varias décadas, una dependencia denominada Fomento Agropecuario, que encabezo Honorio Cortez López, durante el sexenio de Mariano Piña Olaya. Desde ahí, buscaron rescatar y apoyar a la cafeticultura, pero no prosperaron en mucho. Más recientemente, en el gobierno de Miguel Barbosa Huerta, impulsaron la creación del Instituto Poblano del Café y nunca funciono, con Sergio Salomón, ni en cuenta los tomaron.
Me referiré a los pequeños productores del café, que lo cultivan en las regiones de la sierra nororiental y negra del estado. Y que siempre han estado abandonados hasta donde recuerdo.
-Independientemente de que el estado, sea uno de los principales productores a nivel nacional-
Ellos tienen pequeñas parcelas para cosecharlo, lo venden en su pulpa roja o cuando lo orean y secan, porque así, les pagan un poco más el quintal. En la mayoría de las veces los intermediarios o acaparadores en sus regiones, son quiénes lo compran a bajos precios.
Aparte de lo anterior, son cultivadores de café, que solo poseen pequeñas parcelas y en su mayoría carecen de títulos de propiedad. Es decir, apenas y si les alcanza para seguir sobreviviendo con sus familias y tampoco se organizan porque sus costumbres los han hecho que produzcan de manera individual.
Caso aparte merece, la Cooperativa Tosepan Titaniske, ubicada en el municipio de Cuetzalan del Progreso, quien ha logrado mantener su presencia, organización y desarrollo en esta parte de la sierra con sus cooperativistas indígenas, quiénes tienen toda una cadena productiva del café.
Además, desarrollan la pimienta negra, vainilla y han logrado construir otros proyectos agroecológicos, al igual que estancias hoteleras en aquel pueblo mágico. Los apoyos
oficiales del gobierno federal han sido fundamentales para su consolidación, porque nunca les han faltado.
En la sierra negra, existen organizaciones de indígenas que impulsan la cosecha orgánica, porque la región tiene buena altura para el café de calidad. En la parte nororiental del Totonacapan, solo hay pequeños productores indígenas y todo su producto lo entregan a los acaparadores.
Su cultivo lo alternan con la siembra del maíz, que lo utilizan para que medio vivan.
Hace años, el Instituto Nacional Indigenista (INI), los apoyaba con algunos subsidios y los ayudaba vender su producto a mejor precio. También les entregaba fertilizante y plantas. Lo mismo, desapareció y los apoyos dejaron de llegar para los grupos indígenas.
Otra situación aparte, son los grandes productores que tienen grandes fincas de café en la sierra norte, por Xicotepec de Juárez y otros municipios, en donde siembran grandes hectáreas, ellos mismos lo procesan y venden en el mercado nacional, porque cuentan con sus propios beneficios.
Finalmente, apoyar y rescatar la cafeticultura en Puebla, no significa solo inyectar grandes recursos económicos. Se requiere de un organismo fuera de la burocracia de una secretaria, con funcionarios sensibles y responsables que conozcan sobre el aromático. Si es que se quiere salvar la cafeticultura en Puebla, debe hacerse bien.
Una Conclusión: Esperemos que muy pronto las mesas de dialogo que ha puesto en marcha la BUAP, logren sus objetivos entre los universitarios en paro. Para que muy pronto toda la comunidad universitaria, vuela a su vida diaria de enseñar y educar a sus miles de estudiantes.