Leo que algunos medios nacionales, le dan a la presidenta altas calificaciones en sus encuestas sobre sus llamados primeros 100 día de gobierno, por ejemplo: El Financiero, dice que tiene 78 por ciento de aprobación entre la población encuestada, mientras que, sobre el tema de la seguridad pública, la opinión se divide en 42 por ciento y sobre el crimen organizado 64 por ciento piensa que el tema lo está tratando mal. Sin embargo, 66 por ciento opina que está trabajando bien en el asunto de la economía.
Reporte Índigo reporta que la mandataria alcanza 90 por ciento de aceptación, con una confianza de 85 por ciento y con una opinión de 60 por ciento de que las cosas han mejorado durante sus primeros 100 días de su gobierno. Al igual que la anterior muestra, la inseguridad sigue siendo su talón de Aquiles y las opiniones siguen dividas con 33 por ciento a favor y 32.8 en contra.
El Economista pública una encuesta de Consulta Mitofsky, con una aprobación de 64 por ciento de los encuestados. Mientras que, en el sector empresarial, sostiene que seis de cada 10 empresarios avalan la gestión de Claudia Sheinbaum y la principal preocupación sigue siendo la inseguridad que llega a 64.5 por ciento.
En tanto, El Heraldo de México destaca que la presidenta aprueba con 71 por ciento, mientras que solo 11 por ciento está en desacuerdo y ocho por ciento ni de acuerdo ni en desacuerdo; 77 por ciento avala que mejoraran las condiciones de las mujeres y sobre el tema de la inseguridad, 48 por ciento dijo que debería ser atendido más rápido.
Hasta aquí, se podría afirmar que el régimen actual, camina bien en su proyecto de gobierno, con una mayoría absoluta en ambas cámaras y sin una oposición que le haga contrapeso alguno.
Sin embargo, en lo externo, las cosas se complican para la mandataria y su gobierno, con la embestida y las provocaciones de alto calibre de Donald Trump, quien pronto asumirá el poder en los Estados Unidos y mostrará al mundo sus intenciones de su programa ideológico que esbozo durante su pasada campaña.
En estos días ha dado muestras sobre lo que piensa sobre México, ha sostenido sus acusaciones a los cárteles de la droga, así como sus amenazas sobre los aranceles a las exportaciones y lo que será su política migratoria para la frontera norte.
Asuntos muy complejos que han y seguirán manteniendo al gobierno en la retaguardia para este año, 2025, que acaba de empezar. Tan es así, que el secretario de Educación Pública es el responsable de una campaña de prevención entre los jóvenes para prevenir las adicciones al fentanilo. Lo mismo que los secretarios de Relaciones Exteriores y de Economía, quienes han informado tener un plan para enfrentar las acciones anunciadas por Trump.
No hay día que, en las conferencias diarias de Claudia Sheinbaum, no se refiera o conteste sus ataques. Cabría decir, que, en su segundo periodo como presidente de Estados Unidos, nada le impedirá cumplir sus embates, hoy conoce todo lo que significa decidir desde la Casa Blanca. Sus actos de ultraconservador tienen objetivos definidos no solo para México, también para el mundo global.
El régimen que encabeza Sheinbaum deberá actuar con inteligencia política y con los instrumentos legales que le brinda el Estado mexicano. Las claras amenazas desde el país vecino no son cualquier cosa.
Otros temas de agenda nacional, de carácter interno, que veremos en este año, son la elección de jueces del Poder Judicial y los ministros de la SCJN, para julio, un proceso complicado por todos los recursos económicos que se requieren para sacar adelante la reforma judicial.
Tal vez de todas las reformas constitucionales que este régimen llevo a cabo el año pasado, esta es la más importante, no solo por toda la discusión que significo por meses y por las protestas crecientes. Ahora se tendrán que ver sus resultados después de haber sido elegidos los nuevos integrantes de dicho Poder Judicial.
Y la reforma electoral que la presidenta presentara ante los diputados que busca terminar con el nepotismo de familiares de gobernadores, diputados y presidentes municipales. Además de abordar coaliciones, nuevos partidos políticos, prerrogativas y el voto electrónico. En conjunto con la nueva ley del Infonavit, que también tiene sus propias características.
Conclusión: La agenda nacional del gobierno actual, estará cargada de asuntos bilaterales, reformas y temas políticos y económicos, que marcaran el rumbo y la definición propia del poder de la actual mandataria.