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lunes, abril 29, 2024

Los mensajes que no escuchamos

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La no violencia requiere una doble fe, 

 fe en Dios y también fe en el hombre 

Gandhi 

 

Observa la buena fe y la justicia hacia todas las naciones.  

Cultiva paz y armonía con todos. 

George Washington 

 

La función de la oración no es influir en Dios,  

sino cambiar la naturaleza de quien reza. 

Soren Kierkegaard 

 

I 

Los seres humanos nos asumimos raza superior, empero, la vida nos ha dado dos oportunidades -al menos en México- para aprender y/o reflexionar y presiento que nadie ha logrado entender el mensaje. 

Primero vino la pandemia provocada por el Covid-19 y ahora tenemos a un Don Goyo muy activo; el cual, según algunos pobladores, está muy enojado con los mexicanos. 

 

II 

Así que, partiendo de un supuesto, si supiera, que su muerte (desde la perspectiva, básica en como la entiende el Ser Humano) y partiendo de la idea que se tiene, por la educación católica: que el comportamiento y actuar determinarán el acceso al cielo o infierno: 

 

  • ¿Se considera una persona plena con lo que lleva de vida? 
  • ¿Se ama y se acepta tal cómo es? 
  • ¿Realmente ama a su prójimo pura y sinceramente sin prejuicio de por medio? 
  • ¿Ha procurado siempre ir en busca de la felicidad? 
  • ¿Es feliz auténtica y puramente? 
  • ¿Ha buscado la felicidad de sus seres cercanos y toda aquella persona que busca su apoyo? 
  • ¿Realmente ha apoyado al otro sin esperar nada a cambio? 
  • ¿Ha evitado descalificar o corregir al otro por sus ideas; creencias; color de piel; nivel económico y educativo; preferencia, orientación e identidad sexual? 
  • ¿Su forma de ser, pensar y actuar es congruente amorosa y humanamente con lo señalado en los diversos libros sagrados? 
  • ¿Comprende lo que significa: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Y Amarás a tu prójimo como a ti mismo”? 
  • ¿Tiene ganado su ingreso al paraíso o al infierno? 

 

III 

Son tiempos violentos y convulsos. 

Vivimos en una distopía constante y las utopías tampoco eran perfectas. 

Estamos en un todos vs todos, ya lo dicho muchas veces. 

Las autoridades gubernamentales, religiosas, medios de comunicación y líderes de opinión no son capaces de promover un discurso menos violento, menos divisorio, menos confrontativo. 

Inclusive, los intelectuales (que siempre se asumen superiores y entre ellos hay divisiones) miran con desdén a cierta parte de la población: la adjetivan con el objetivo de calificarla o clasificarla.  

Y los que se dicen líderes religiosos o espirituales, descalifican al otro y se asumen con el único y auténtico camino para encontrar a Dios y alcanzar la salvación eterna. 

  

IV 

Vivimos tiempos donde el día a día y la trascendencia tienen un costo. 

La vida parece impagable, la salud incosteable y la muerte sale muy cara. 

 

V 

La vida no está pidiendo aprender a conectar más con nuestro ser interior y con la naturaleza. 

Nos sugiere vivir en armonía con la naturaleza, con el otro y con uno mismo. 

Nos invita a vivir en amor y en empatía. 

Habría que observar más a los animales (por ejemplo, los perros o gatos) para ir comprendiendo que las cosas más sencillas son las más valiosas y en las que reincide la auténtica felicidad. 

 

VI 

El día que gobernantes, empresarios y líderes de opinión entiendan que ver por el otro es ver uno mismo, las cosas cambiarán. 

Pero los primeros le ponen a la población como un voto, los segundos como un consumidor o un empleado a explotar, y los terceros hace mucho que perdieron conexión con la sociedad y las personas lectoras. 

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