I
Hace unos días se dieron a conocer los resultados del Sistema Nacional de Creadores del Arte (SNCA) del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales (Ex FONCA).
Como pasa siempre: hubo celebraciones, lamentaciones y muchas críticas destructivas y casi ninguna que busque mejorar lo ya existente.
II
Entre las aseveraciones constantes están: “se repiten nombres”, “se apoyan entre sí mismos”, “los que ganan y los jurados están coludidos”.
Palabras más, palabras menos.
Básicamente, en este país, todos, incluyendo a los creadores de arte, son corruptos.
Irónicamente, le dan la razón a Enrique Peña Nieto cuando dijo: “La corrupción es una debilidad cultural”.
Lo increíble de todo es que sea la misma comunidad artística la que emita ese tipo de juicios, poco empática y humano de su parte; aun sabiendo cómo está la situación cultural en todo el país.
Ahora bien, casi siempre que leo este tipo de supuestas afirmaciones, me hace pensar que quien emite tal juicio ha actuado o actuaría de tal manera.
III
En septiembre de 2014 recibí la oportunidad de trabajar en el FONCA y estuve allí hasta febrero de 2018.
No sólo pude conocer cómo funcionaba el FONCA, sino conocer de primera mano diversas producciones escénicas, así como asistir a presentaciones de libros, conciertos, galas de danza, etc. Para mí era un privilegio trabajar en el FONCA y conocer de primera mano tanto al artista como al producto cultural que realizaba.
Tengo gratos recuerdos y también hice el trabajo que hasta la fecha mantengo relación y contacto con mucha comunidad artística que es y ha sido parte del FONCA, hoy Sistema de Apoyos…
IV
Uno de los Programas que llegué a operar fue México en Escena; cuando llegué, se tenía la costumbre de que las compañías postulantes entregaban proyectos de 100 páginas o más y justo, una de las quejas era: siempre repiten los mismos, no hay renovación.
En aquel entonces, realicé un cambio muy impopular: exigir que los proyectos no pasaran las 15 cuartillas. Varias fueron las agrupaciones que reclamaron y hasta sintieron que era ofensivo a su trayectoria.
La explicación del cambio era sencilla: la selección y/o votación se realiza por pares, razón por la cual no habría que incluir una extensa semblanza artística que devenía en histórica; y, como se va a ejercer un presupuesto público: lo importante es explicar cómo te vas a gastar el dinero y cómo lo vas a aplicar y distribuir a lo largo del proyecto. Tener claridad en la planeación económica y programática es tener un proyecto en forma.
¿Y por qué era necesario bajarles el tamaño a las semblanzas? Porqué –hasta la fecha— siempre se entregan comprobantes de trayectoria artística ininterrumpida con: notas de prensa, programas de mano, etc. Era demasiada reiteración.
Recuerdo que eso permitió que agrupaciones como Escenia Ensamble, Vaca 35 Teatro, Teatro Bárbaro, Realizando Ideas/Un Teatro, Área 51 Foro Teatral, Sur Oeste Arte Escénico, entre otras, ingresarán por primera vez a México en Escena.
En aquellos años, también se hizo una innovación —la cual desconozco si sigue aplicándose— con la elección de jurados: se juntó toda base de datos histórica por programa para tener un panorama de quiénes habían sido, constantemente, jurados en un mismo programa y luego cuántos lo habían sido el mismo año en más de un programa. Este cruce permitió darles descanso a jurados para permitir la entrada de nuevas visiones a las sesiones de dictaminación.
Este par de cambios simbólicos, quizá mínimos para algunos, permitió refrescar los ingresos a los Programas.
V
Ahora bien, hay que entender algo: el SNCA y los demás programas que forman parte del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales no son becas, son estímulos, apoyos, complementos económicos que sirven para que el artista pueda invertir un poco más de su tiempo en crear que en trabajar en otra cosa, pero muchas veces también sirve –por ejemplo, en el caso de las compañías escénicas— para pagar al elenco, el vestuario, al iluminador, al técnico en audio, al director de la obra y un largo etcétera; no sólo son para que una persona “se mantenga”, es para darle vida a un proyecto.
David Miklos, lo explica muy bien:
“Las llamadas becas del Sistema Nacional de Creadores de Arte no son becas: son estímulos a la creación (así como el Sistema Nacional de Investigadores otorga estímulos a la investigación). Son un reconocimiento a la obra y la trayectoria de las personas seleccionadas para gozar del estímulo y producir más, digamos, libremente. En un sentido estricto, se trata de, por así decirlo, complementos a un salario. En el caso del SNI, sus miembros tienen una plaza académica y están en la nómina de alguna institución educativa. En el caso del SNCA, pues, lo sabemos bien, sus miembros no suelen tener un trabajo relacionado con su disciplina y, las más de las veces, viven del freelance, como suele ocurrir con buena parte de los artistas. Curiosamente, como ya dije, el SNI tiene mucho más peso específico y muchos más miembros, y el sistema, aunque malo, funciona progresivamente y de manera continua, si uno cumple con lo que se compromete, desde ser candidato hasta ser emérito, pasando por varios niveles. A la investigación científica, pues, se le da más importancia que a la creación artística, y es ahí donde el SNCA demuestra ser un sistema, para decirlo velozmente, sospechoso, lo cual llama, año con año, a polémicas de mayor o menor intensidad, en las cuales suele brillar por su ausencia una argumentación propositiva, mientras que las conspiraciones y los resentimientos afloran, asunto que de nada sirve a una discusión con miras a influir en dicho sistema y mejorarlo. Pero, de nuevo, no son becas, sino estímulos, etcétera.”
Y el SNCA, como México en Escena, Creadores Escénicos u otros, tiene por objetivo apoyar proyectos a realizar. No premian trayectoria; para eso está Creador Emérito o, dicho de otra forma: Premio Nacional de Ciencias y Artes.
Con respecto al tema de la dictaminación: los jurados evalúan: cómo se van a gastar el dinero, la planeación del proyecto artístico y si éste en realidad es atractivo para ser apoyado y otros temas estéticos. Para que un proyecto sea seleccionado, los tres jurados deben estar de acuerdo.
El jurado está obligado a declarar vinculación familiar, amistosa y/o laboral con alguno de los artistas a seleccionar. Si declaran vínculo, al jurado se le invita a salir cuando se emite el voto y/o selección del artista en cuestión.
Los jurados, prácticamente de todos los programas, son seleccionados por insaculación ante notario público.
Por esto y muchas cosas más, sigo creyendo que el Ex FONCA es muy transparente.
VI
Creo que la comunidad artística debería aprender un poco la lección que se tuvo a principios del sexenio de AMLO.
Tanto se quejaron del FONCA que lo extinguieron.
Y ahora, los artistas es muy seguido que se quejen de que el apoyo no cae en los tiempos pactados. Consecuencia de eliminar un fideicomiso y convertirlo en una bolsa general que funciona como cualquier presupuesto gubernamental.
No vaya a ser que, de tanto quejarse, lo terminen por desaparecer.
Fuera de lugar
Ojalá, así como se indignan cada que sale un resultado de alguna convocatoria, pelearan por los derechos laborales de cada uno de los trabajadores que operan el FONCA. La mayoría del personal sigue contratado bajo la figura de honorarios, bajo el régimen de servicios profesionales y/o empresariales, lo que impide que hagan antigüedad, tengan acceso a seguro social y vivienda. Una especie de outsourcing. Y cada año tienen que aceptar trabajar un mes gratis y que el resto del año se vayan tardando de 2 a 3 meses en pagarles.
Esos trabajadores son parte del ecosistema cultural que hace posible que cada artista acceda a una convocatoria, obtenga su pago en tiempo y forma, se les evalúe a tiempo y un largo etcétera…