El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, urgió al Congreso a aprobar su megaproyecto fiscal, que incluye financiamiento total para el muro fronterizo, un nuevo impuesto a las remesas enviadas por migrantes y la deportación de al menos un millón de personas indocumentadas al año.
Durante un discurso en la Casa Blanca, Trump detalló que su plan contempla la contratación de 13,000 agentes migratorios, entre personal del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y la Patrulla Fronteriza, así como la imposición de un impuesto del 3.5 al 5 % a las remesas, con el argumento de que dichos fondos servirán para terminar la construcción del muro en la frontera con México.
“Vamos a gravar el dinero que se va del país para financiar el muro y proteger a nuestras familias. Deportaremos a los criminales y recuperaremos el control de nuestras fronteras“, aseguró Trump.
🚨Donald Trump: “Financiaremos el muro, gravaremos remesas y deportaremos al menos un millón de ilegales al año, persiguiendo a los criminales”.
Fue así como el presidente de EU pidió al Congreso aprobar su megaproyecto fiscal para contratar 13 mil agentes, continuar el muro… pic.twitter.com/o6z3G6GIzP
— Azucena Uresti (@azucenau) June 27, 2025
El paquete fiscal, ya aprobado por la Cámara de Representantes, enfrenta resistencia en el Senado, donde legisladores demócratas y algunos republicanos moderados han advertido sobre el impacto negativo en comunidades migrantes y el riesgo de empujar las remesas a canales no oficiales.
Además, expertos financieros estiman que el plan aumentaría el déficit federal en más de 3.8 billones de dólares en los próximos diez años, debido a los recortes tributarios y el gasto en seguridad.
Organizaciones pro migrantes y gobiernos latinoamericanos han expresado su preocupación, señalando que estas medidas no sólo afectarían a millones de familias, sino que también podrían intensificar tensiones diplomáticas con países receptores de remesas como México, El Salvador y Guatemala.
La Casa Blanca busca que el paquete sea aprobado antes del 4 de julio, Día de la Independencia, en lo que Trump ha calificado como una “prioridad patriótica” para su administración.
