La activista ambiental sueca Greta Thunberg fue interceptada este fin de semana por fuerzas navales israelíes mientras participaba en una misión humanitaria con rumbo a la Franja de Gaza. Thunberg viajaba a bordo del buque Madleen, organizado por la coalición internacional Freedom Flotilla, que transportaba suministros médicos y artículos de primera necesidad para la población gazatí.
Según la versión oficial del gobierno israelí, la embarcación fue detenida en aguas internacionales por incumplir el bloqueo naval impuesto sobre Gaza desde 2007. La Marina de Israel escoltó el barco hasta el puerto de Ashdod, donde los ocupantes fueron bajados sin que se reportaran enfrentamientos ni heridos.
Thunberg, junto con otras 30 personas de distintas nacionalidades —incluyendo médicos, activistas y periodistas— fue trasladada a un centro de procesamiento y posteriormente puesta en libertad. Las autoridades israelíes indicaron que todos los pasajeros serán repatriados en los próximos días.
Por su parte, los organizadores del viaje condenaron la acción, calificándola como un “secuestro en aguas internacionales” y una violación al derecho humanitario. Denunciaron además que la ayuda humanitaria —entre la que se incluían leche para bebés, pañales, material quirúrgico y alimentos— no llegó a su destino final.
El incidente ha generado una ola de reacciones internacionales. Mientras algunas organizaciones humanitarias exigen una investigación, voceros del gobierno israelí reiteraron que no permitirán el ingreso de embarcaciones no autorizadas a la Franja de Gaza, argumentando razones de seguridad nacional.
Greta Thunberg no ha emitido aún un comunicado oficial, pero publicaciones previas en sus redes sociales señalaban su intención de “romper el silencio internacional ante la crisis humanitaria en Gaza” y denunciar el impacto ambiental del conflicto.
